-“Pero, entonces, ¿qué hago?”.
-“Una canción, Hero! Tú propia canción”.
-“¿Por qué no ‘Melody and Harmony’?”.
-“Prefiero que le cantes una canción escrita enteramente por ti, y que exprese tus sensaciones actuales. Si quieres, yo le pondré la música”.
-“Genial, me parece perfecto! Pero… ¿qué escribo?”.
Me dio el cuaderno y el bolígrafo.
-“Lo que sientes, Jae. Lo que sientes por él”- me sonrió.
Me concentré en lo que significaba Yunho para mí, y empecé a escribir velozmente. Los versos me salían fácilmente, ya que mis sentimientos eran más que profundos. De vez en cuando, miraba por la ventana, inspirándome con cada cosa que veía.
Al terminar, se la mostré a Micky.
-“Hermosa, muy sincera”- opinó al leerla. ”Déjame pensar la música, y la unimos a tu letra, ¿ok?”.
Después de un rato practicamos a capella.
-“Quedó estupenda!”- expresé al final.
Micky miró su reloj.
-“Dios, es tardísimo! No vamos a llegar a tiempo! Min, ¿puedes ir más rápido?”.
-“Lo siento- respondió- pero no puedo exceder la velocidad, sino podrían multarnos. Reglas son reglas”.
-“AL DEMONIO CON LAS REGLAS!”- exclamó Junsu moviendo el volante bruscamente, haciendo que nos desviáramos del camino.
Changmin frenó rápidamente.
-“¡¿QUÉ HACES IDIOTA!? ¿QUIERES MATARNOS A TODOS?”- pronunció furioso.
-“Muévete, Max. Yo conduciré”- nunca había escuchado a Junsu tan serio.
-“No puedes conducir, Su, no tienes licencia”.
-“Ay, por favor Min! Se trata de Jae, debemos ayudarlo. Déjame conducir, por favor!”.
-“Changmin, creo que deberías dejarlo”- interrumpió Yoochun.
-“NO NO NO! DEFINITIVAMENTE NO!”- dijo convencido.
-“Ya sé! ¿Por qué no lo deciden con un ‘piedra, papel o tijera’?”- sugerí.
-“Qué ridículo!”- expresó Max.
-“Buena idea, hagámoslo!”- Xiah ya estaba en posición.
-“No me voy a prestar para esta estupidez!”.
-“Por favor Miniiiiii… yo que soy tu hijito del alma, y tú eres taaaan bueno, ¿sí?”- suplicaba abriendo sus ojos tiernamente cuán gato con botas.
-“Aish, bueno está bien, está bien! No tienes que poner esa cara…”-contestó resignado.
Después de tres intentos, Su consiguió la victoria, y se cambió de lugar con el ofuscado Changmin rápidamente.
-“Sujétense bien”- nos miró Junsu pícaramente por el espejo retrovisor.
Pronto piso el acelerador, subiendo de cero a 200 kilómetros por hora en un santiamén. El auto saltaba tanto, que creí que los amortiguadores iban a romperse. Esquivamos a cuánto coche encontrábamos.
-“Tomaré un atajo”- Junsu dio una maniobra brusca que me tiró contra la ventana, haciendo que Yoochun callera encima de mí.
Llegamos a la autopista casi sin darme cuenta. Era la carretera de la muerte.
Su conducía como un condenado. Changmin ya estaba arrepintiéndose de sus pecados.
De repente, me percaté de que una patrulla nos alcanzaba.
-“Junsu, nos sigue la policía”.
-“No hay problema”- dijo confiado, desviándose brutalmente por un camino cercano. Ésta vez, yo pasé a estar sobre Micky.
Por suerte los perdimos.
-“Ten cuidado!”- exclamé al temible conductor.
Enseguida llegamos al estudio de televisión. Para mi sorpresa, Junsu estacionó en una maniobra casi perfecta, y digo ‘casi’ porque terminé más mareado que si hubiera tenido resaca.
Los cuatro salimos rápidamente del auto. Micky me tomó de la mano.
-“Vamos, Jae. Entremos ahora”- lo seguí tambaleando, algo mareado aún.
El director del programa nos estaba esperando.
-“HACE DIEZ MINUTOS QUE EMPEZÓ EL PROGRAMA! ¿DÓNDE SE HABÍAN METIDO? Entren al escenario, es muy tarde ya!”.
-“Damas y caballeros, me acaban de decir que los tan esperados dioses están aquí mismo. Por favor, den un muy fuerte aplauso para recibir a… Dong Bang Shin Ki!”- anunció el conductor.
Cuando aparecimos frente a las cámaras y el público, me puse más que nervioso, sobre todo por lo que estaba a punto de hacer.
Después de la bienvenida, nos sentamos para el cuestionario.
-“Y bien, Hero, cuéntanos ¿qué sientes por el revuelo que ha generado Yunho con su inesperada declaración?”.
La pregunta fue incómoda, pero perfecta para aprovechar la oportunidad.
-“Bueno, verás…quisiera, si me lo permites, decirte lo que pienso con una canción, ¿puede ser?”.
El director le hizo una seña de aprobación. Obviamente daría mucho rating.
-“Sí, por supuesto, adelante”- dijo el conductor.
Micky y yo nos paramos rápidamente, y fuimos hacia un costado del escenario, en donde se encontraba la orquesta del programa.
-“Disculpe-Yoochun se dirigió al pianista- ¿puedo usar su órgano, por favor?”. El músico se movió velozmente, mientras Micky se arrimaba al instrumento.
-“Miren esto! Parece que Park va a tocar con Jaejoong!”- exclamó el conductor conmocionado. La gente empezó a aplaudir exaltada.
Pronto me trajeron un micrófono.
-“Quiero decirles- comenté nervioso- que esta canción la escribí hace un rato, en el asiento trasero de un auto. Mi querido amigo Yoochun va a acompañarme tocando la música que él compuso”.
-“¿Y cómo se llama la canción?”- preguntó el conductor.
Me di cuenta de que no le habíamos puesto un nombre. Micky me miró sin saber qué decir. Luego, pensé un instante en todas las cosas que habían pasado. El título me salió del alma.
-“You know…You know that I love you”- expresé con mi deficiente inglés, aunque lleno de calidez en mi corazón. Micky sonrió. “Esta canción se la dedico a mi gran amor… Jung Yunho”- el público empezó a gritar eufórico.
-“Oh! La escribió para Uknow!”- exclamó el conductor. “Bueno, damas y caballeros, sin más preámbulos, en vivo exclusivamente en nuestro programa, Hero Jaejoong, ‘You know that I love you’!”.
Pronto, Micky sacó la letra y melodía que tenía en el bolsillo y comenzó a tocar.
Yo no necesitaba leerla, recordaba cada verso que había escrito. Yoochun era sumamente delicado con las teclas, acariciándolas con la yema de sus refinados dedos.
Luego de una corta introducción musical, me asintió con la cabeza para que empezara.
Al instante mi voz resonaba en los parlantes del estudio, expresando cada cosa que había vivido con Yunho. Explicaba la primera vez que lo vi, su carácter, su verdadera personalidad, nuestro primer beso, y cómo me hacía sentir, entre muchas otras cosas. También mencioné mi anhelo de que se recupere pronto, y de que jamás podría estar sin él.
Todo, absolutamente todo era brillante. Yoochun y yo habíamos creado un ambiente silencioso y romántico.
El hecho de que Yunho estuviera mal, y que yo confesara mis sentimientos ante millones de personas, hizo que al final de toda la canción, y llegando al tope de mi voz, me largara a llorar desbordado.
El público quedó atónito, inclusive Changmin y Junsu, sin decir una palabra.
Luego, todos se pusieron de pie, conmovidos y emocionados, aplaudiendo y gritando fervorosamente.
Quedé altamente sorprendido, y feliz al mismo tiempo.
Esa noche, cuando volvimos a casa, el mánager nos recibió de una manera diferente.
-“Tengo buenas noticias, Jae. Una importante discográfica me llamó hace un rato. Quieren que grabes ‘You know that I love you’ en un CD completamente nuevo”.
-“¿Qué? Pero…no quiero que esa canción tenga fines de lucro”.
-“Pero imagínate el dinero que le darías a la compañía. Estimamos cantidades millonarias”- pronunció sumamente ambicioso.
-“DIJE QUE NO! VETE! ESTÁS DESPEDIDO!”- grité furioso y harto de su presencia.
Los de seguridad lo escoltaron hacia la salida, mientras el maldecía como loco.
-“Necesito ver a Yunho ya mismo”- expresé desesperado a mis amigos.
De repente, sonó mi celular. Me habló una voz grave y fría. Mis ojos se llenaron de lágrimas al instante. Dejé caer el teléfono, perplejo de la emoción.
-“¿Qué pasa, Jae?”- preguntó Yoochun asustado.
Me desplomé en su hombro, llorando sin poder contenerme.
Al día siguiente, en los diarios aparecía su foto: ‘YUNHO HA MUERTO’.
La gente, las fanáticas, todo el mundo estaba shockeado y desconsolado. Nadie lo podía creer. Nosotros cuatro nos negamos a hacer declaraciones, conferencias de prensa o apariciones públicas.
Con el tiempo, el grupo se disolvió, y nunca más se volvió a hablar de Dong Bang Shin Ki.
Hace cinco años que no canto ni me subo a un escenario.
Por eso, padre, he venido a confesarle mi secreto, que es… OH, NO!! Mire la hora! Debo irme, lo siento.
-¡¿Qué?! ¿Justo ahora? ¿Cuál es el secreto? Cuéntame!
-Será en otra ocasión, ahora estoy apurado. Gracias por escucharme, padre.
[ Jaejoong salió rápidamente de la Iglesia, hasta llegar a un convertible rojo, estacionado enfrente. En el asiento trasero estaba Junsu, sentado sobre Changmin, algo crecidos ya, y a su lado Yoochun, con su característico sombrero negro, tomando de la mano a su esposo.
Pronto Hero subió al auto, en el asiento de adelante].
-¿Cuántos pecados has cometido que te tardaste tanto?
[Jaejoong miró hacia la izquierda, al asiento del conductor].
-Si amarte es un pecado, entonces muchos- sonrió acariciando su mejilla morena. -Yunho, tú sabes que te amo, ¿verdad?
-No tanto como yo a ti- respondió besándolo tiernamente en los labios.
(*Flashback*)
-“¿Qué pasa, Jae?”- preguntó Yoochun asustado.
Me desplomé en su hombro, llorando sin poder contenerme.
-“Yunho… despertó!”- expresé emocionado. “Lo único que quiero es que podamos estar juntos y tranquilos, pero va a ser un caos si la prensa se entera de que está bien. Nunca nos van a dejar en paz”.
-“Tengo una idea”- comentó Micky. “Digamos que murió”.
-“¿Qué? ¿De qué hablas?”.
-“Piénsalo, Jae. Ninguno de nosotros quiere seguir con esta vida. Si decimos que Yunho falleció, con el tiempo la banda se disolverá, y así podremos vivir como realmente queremos. A parte, tenemos millones de ganancias por nuestras carreras desde que comenzamos hasta ahora, así que el dinero no será problema. Ocultaremos a Yunho en un lugar seguro, hasta que la gente se olvide de Dong Bang Shin Ki. Luego, viviremos retirados viajando por el mundo. Nunca nos descubrirán, ni reconocerán. ¿Qué opinas?”.
-“Suena descabellado, pero… creo que tienes razón”.
-“Va contra mis principios morales, pero, a decir verdad, ya me estoy cansando de todo esto”- acotó Changmin. “A parte, no tenemos mucho que perder, mientras estemos juntos, yo soy feliz”.
-“Sí, yo también. No quiero fingir más que no somos nada tú y yo, Yoochun”- comentó Junsu, abrazándolo cual perro mimoso.
-“Entonces está decidido. Hagámoslo…. FIGHTING!”- unimos nuestras manos.
(*Fin flashback*)
-¿Pueden dejar los arrumacos para otro día?- se quejó Changmin.- Conduce de una vez, Yunho!
[El moreno soltó los labios de Jaejoong]
-¿A dónde iremos esta vez?- preguntó Yoochun- Ya fuimos a Los Ángeles la semana pasada.
-Vamos a París!- sugirió Junsu, contento. Todos asintieron con la cabeza, rememorando con nostalgia esos días maravillosos hace varios años atrás.
-París…allá vamos!- exclamó Yunho, pisando el acelerador, alejándose así, en ese increíble auto.
[Todos unidos y felices de ser amigos, cantando una típica canción francesa, la cual pronunciaban con una gracia inigualable.
Mientras tanto, dentro de la Iglesia, el padre se preguntaba cual sería el secreto que escondía ese chico. Pronto, sus pensamientos fueron interrumpidos].
-Padre Joo Ji Hoon! Venga a ordenar el altar, por favor!
-Enseguida voy, padre Kim Jae Wook!
[Jaejoong jamás volvió a aquella Iglesia de nuevo. Pero si había algo que hacía siempre, era decirle a Yunho cuánto lo amaba].
Fin. By Ale ♥
domingo, 9 de mayo de 2010
Capítulo 20: El incidente de Yunho
-“Por fin llegamos!”- exclamó Junsu, tirándose en el sillón de la casa para Dong Bang Shin Ki, otorgada por la compañía hacía ya tiempo atrás.
Poco a poco, nos fuimos reinstalando.
Yunho me apartó a un lado.
-“Escucha- dijo tomándome las manos-estuve pensando, y he decidido oficializar nuestra relación”.
-“¿Qué?...No creo que sea bueno…sería un revuelo!”.
-“Pero yo te amo, Jae! Y quiero que el mundo lo sepa”.
-“Sí, ya lo sé. Pero ya te he dicho que con que nosotros sepamos lo que sentimos, estará bien”.
-“Discúlpame, pero hasta ahora yo no he oído decir de tus labios que me amas”- reprochó levantando el tono de voz.
-“Por favor, Yunho! No empieces con histeriqueos…”.
-“¿Histeriqueos? A ver si lo entiendes: TE-A-MO! ... Tan simple como eso…”- estaba enojado.
-“No compliques las cosas”.
-“Tú las complicas queriendo ocultar lo nuestro como si fuera un crimen. Lo lamento, pero no pienso como tú”- se fue ofuscado.
Me sentí sumamente triste y culpable. Después de todo, él tenía razón.
Micky, al ver la escena, se me acercó.
-“¿Todo bien, Jae?”.
-“Mhh…si”- respondí, yéndome a mi cama desanimado.
Al otro día, nuestra agenda estaba ocupadísima. Corea nos recibía con los brazos abiertos. Nos invitaron a un programa de televisión muy conocido, al cual asistimos con desgano. Era nuestro trabajo sonreír como idiotas frente a las cámaras. Odiaba tener que hacer eso.
Al llegar, cientos de personas nos esperaban en el canal, aplaudiéndonos, gritándonos, halagándonos. Todo era tan artificial y falso, que me sentía más solo que nunca. De no ser por mis cuatro amigos, hubiera quedado abatido.
Antes de comenzar el programa, Yunho, que hasta ese día no me había dirigido la palabra, me dijo:
-“Hoy lo haré. No me importa si estás de acuerdo, o no”.
-“¡¿Qué?! No, no lo hagas!”- exclamé desesperado, justo cuando empezó el show.
Sonó una fuerte música, y el conductor nos presentó.
Durante el transcurso del programa, mi cara fue de preocupación. Estaba tan distraído pensando en cuando Yunho lo haría, que no respondía bien las preguntas que me hacía el conductor. Era muy estresante para mí, ver como Yunho me miraba convencido de que lo iba a contar todo.
De repente, el conductor hizo la pregunta equivocada.
-“¿Y tú, Uknow? ¿Cómo vas en el amor?”.
Él me miró fijo, y luego contestó.
-“Sinceramente, estoy muy enamorado de alguien ahora”.
El público gritaba. Yo no sabía dónde meterme.
-“¿Y podemos saber quién es la afortunada?”.
Rápidamente, Yunho se levantó de su asiento y me alzó la mano.
-“Hero Jaejoong. Es él a quien amo”.
Se hizo un silencio repentino. Todos quedaron sorprendidos. Me avergoncé tanto que escondí mi cara.
El conductor estaba atónito.
-“¿Estás declarando públicamente que Jaejoong y tú tienen un romance?”.
-“Así es, lo confirmo”- dijo orgulloso.
Pronto el público lleno de fanáticas, se puso eufórico en inquieto. Los cinco tuvimos que salir del estudio inmediatamente.
Al entrar en la combi, empezamos a discutir con Yunho, casi a los gritos, mientras los otros tres nos observaban un tanto tristes por la situación.
-“Te advertí que esto pasaría, pero tú no quisiste escuchar”.
-“Sabías que tarde o temprano se iban a enterar, Jae”.
-“Eso no importa. Tú no tuviste en cuenta mi opinión al respecto”.
-“¿Y qué querías que hiciera? ¿Qué mintiera? Acaso tú, ¿no me amas?”.
-“Realmente, con estas actitudes dejas mucho que desear”- corrí mi vista hacia la ventana.
-“Bien, si eso es lo que piensas…”- contestó enojado.
No nos hablamos durante todo el trayecto. Los rostros de los demás eran de preocupación, y angustia. Tampoco quisieron acotar ni preguntar nada, sabían que sería para peor.
Al llegar a casa, el mánager estaba furioso por la declaración pública de Yunho.
-“LO ARRUINASTE! Arruinaste tu carrera y la de tus compañeros! ¿Qué vamos a hacer con los sponsors, las campañas publicitarias, los shows…? LA COMPAÑÍA VA A IR A LA RUINA POR TU CULPA!”.
Yunho se sentía culpable por los problemas que había causado, pero no estaba arrepentido. Su gesto era de furia y remordimiento, mientras recibía el reto del mánager.
En los días posteriores, las tapas de los diarios con nuestra foto juntos, colmaban las calles.
El mánager propuso hacer una conferencia de prensa para aclarar (o mejor dicho, ocultar) las cosas, pero nosotros decidimos no hacer declaraciones.
A pesar de todo el revuelo que se había generado, nuestros recitales aún estaban pendientes y debíamos cumplirlos.
Disimulábamos nuestros problemas cuando estábamos arriba del escenario, pero en realidad la situación era más tensa que nunca, sin mencionar lo que vino después…
Una tarde fui a recorrer la ciudad para despejarme un poco. Me sentía vacío y desesperanzado, mientras miraba los locales de ropa. Cada cosa me recordaba a él. Las fanáticas me seguían, pero yo no les prestaba atención. Estaba pensando en la horrible pelea que habíamos tenido, cuando de repente sonó mi celular.
-“Hola Jae, soy Changmin. Escucha, ven pronto. Yunho está internado en el hospital”.
-“¡¿Qué?! Pero, ¿qué sucedió?”.
-“Ven rápido, te contaré personalmente”.
Tomé un taxi hasta el hospital lo más rápido que pude. Al llegar, busqué la habitación en donde estaba. Encontré a Changmin, Junsu, Yoochun y el mánager en el pasillo.
-“¿Qué le ocurrió?”- les pregunté desesperado. “¿Cómo está? ¿Se encuentra bien?”.
-“Todavía no sabemos por qué, pero se desmayó después de un concierto”- me informó Min. “Mira, aquí viene el doctor”.
Me acerqué a él rápidamente.
-“¿Qué le pasó? ¿En dónde está?”.
-“Parece ser un cuadro de intoxicación grave. Al revisarlo, hayamos pegamento industrial en su estómago. Le inyectamos antibióticos para que se eliminen las sustancias dañinas que tiene su cuerpo por vía natural”.
-“¿Pegamento? Pero, cómo…”.
-“Ahora que recuerdo- interrumpió Changmin- una fanática se le acercó con una botella de agua abierta después del recital. Para ser sincero, no se veía muy confiable ni la botella, ni la chica”.
-“Oh, no! ¿Cómo es posible que haya gente así?”- expresó Junsu angustiado.
-“Dígame que va a estar bien, por favor”- pedí al doctor.
-“Los resultados se irán viendo con el transcurrir del tiempo. No prometo nada. Sólo hay que esperar”.
-“¿Puedo verlo?”.
-“Sí, por supuesto. Ahora está descansando. Pasa”.
Al entrar en la habitación, Yunho estaba dormido en la cama, lleno de cables y tubos, conectado a un respirador artificial. Verlo así me provocó una tristeza tan grande, que me largué a llorar. Me arrodillé frente a él y tomé su mano.
-“Oh, Yunho...esto es mi culpa. No debimos haber peleado así…Si hubiera estado allí para ayudarte…Eres la única persona para mí, nadie más…no me dejes, por favor…no podría vivir sin ti…”- mi rostro estaba empapado en lágrimas. “Sólo hay una cosa que puedo hacer para que nos dejen estar juntos y en paz…”.
Me levanté y fui al pasillo.
-“Escuchen- les dije a mis tres amigos- necesito que me ayuden. Voy a confesarle al mundo lo que siento por Yunho”.
-“Cuenta conmigo!”- exclamó Junsu.
-“Lo malo es que no sé cómo ni dónde”- comenté.
-“Pero yo sí!”- expresó Changmin. “Esta noche iremos a una entrevista de televisión. Es el lugar perfecto. Millones de personas te estarán viendo”.
-“Pero… ¿cómo lo digo? Soy muy malo para expresarme, y más aún en público”- admití.
-“No te preocupes por eso”- Micky palmeó mi espalda. “Yo te ayudo”.
Por desgracia el mánager nos escuchó.
-“Ustedes no irán a ningún lado. No van a empeorar más las cosas. Llamaré a los guardaespaldas para que los escolten hasta su casa”- gritó, mientras sacaba su teléfono celular.
Pronto, tres matones nos agarraron de los brazos de una manera más que brusca, y nos llevaron hasta la salida del hospital, en donde nos esperaba un auto negro con vidrios polarizados.
Yoochun me miró cómplice y susurró:
-“A la cuenta de tres...uno…dos…TRES!”- inmediatamente golpeamos a los guardaespaldas, que cayeron al piso adoloridos.
Uno se levantó, pero Junsu tiró una patada impulsiva que casi le vuela la cabeza, haciendo que el hombre quedara inconsciente.
-“WHO’S THAT!”- exclamó Su, como grito de gloria.
Otro más se incorporó, intentando atacar a Changmin, pero Yoochun lo detuvo pegándole en la entrepierna.
-“HASTA LA VISTA, BABY”- dijo con su tono inglés.
Luego me jaló de la mano.
-“Vamos, Jae. Rápido, sube al auto”.
Me senté atrás con él, mientras que Changmin conducía, con Junsu a su lado.
-“Necesito lápiz y papel, PRONTO!”-pidió Micky desesperado, como un médico cirujano.
-“Fíjate en mi bolso, Su”- dijo Changmin, sin dejar de mirar al frente, con el auto en movimiento.
-“Sí, aquí hay…toma”- Junsu me extendió un cuaderno y un bolígrafo.
-“Qué no llevas en ese bolso!”- expresó Yoochun graciosamente.
-“No sé cómo empezar con el discurso”- comenté preocupado.
“¿Discurso?”- interrumpió mi Soulmate. “Jae, no eres un presidente en plenas elecciones! Eres un chico enamorado que quiere demostrarle al mundo cuán importante es él para ti”.
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Poco a poco, nos fuimos reinstalando.
Yunho me apartó a un lado.
-“Escucha- dijo tomándome las manos-estuve pensando, y he decidido oficializar nuestra relación”.
-“¿Qué?...No creo que sea bueno…sería un revuelo!”.
-“Pero yo te amo, Jae! Y quiero que el mundo lo sepa”.
-“Sí, ya lo sé. Pero ya te he dicho que con que nosotros sepamos lo que sentimos, estará bien”.
-“Discúlpame, pero hasta ahora yo no he oído decir de tus labios que me amas”- reprochó levantando el tono de voz.
-“Por favor, Yunho! No empieces con histeriqueos…”.
-“¿Histeriqueos? A ver si lo entiendes: TE-A-MO! ... Tan simple como eso…”- estaba enojado.
-“No compliques las cosas”.
-“Tú las complicas queriendo ocultar lo nuestro como si fuera un crimen. Lo lamento, pero no pienso como tú”- se fue ofuscado.
Me sentí sumamente triste y culpable. Después de todo, él tenía razón.
Micky, al ver la escena, se me acercó.
-“¿Todo bien, Jae?”.
-“Mhh…si”- respondí, yéndome a mi cama desanimado.
Al otro día, nuestra agenda estaba ocupadísima. Corea nos recibía con los brazos abiertos. Nos invitaron a un programa de televisión muy conocido, al cual asistimos con desgano. Era nuestro trabajo sonreír como idiotas frente a las cámaras. Odiaba tener que hacer eso.
Al llegar, cientos de personas nos esperaban en el canal, aplaudiéndonos, gritándonos, halagándonos. Todo era tan artificial y falso, que me sentía más solo que nunca. De no ser por mis cuatro amigos, hubiera quedado abatido.
Antes de comenzar el programa, Yunho, que hasta ese día no me había dirigido la palabra, me dijo:
-“Hoy lo haré. No me importa si estás de acuerdo, o no”.
-“¡¿Qué?! No, no lo hagas!”- exclamé desesperado, justo cuando empezó el show.
Sonó una fuerte música, y el conductor nos presentó.
Durante el transcurso del programa, mi cara fue de preocupación. Estaba tan distraído pensando en cuando Yunho lo haría, que no respondía bien las preguntas que me hacía el conductor. Era muy estresante para mí, ver como Yunho me miraba convencido de que lo iba a contar todo.
De repente, el conductor hizo la pregunta equivocada.
-“¿Y tú, Uknow? ¿Cómo vas en el amor?”.
Él me miró fijo, y luego contestó.
-“Sinceramente, estoy muy enamorado de alguien ahora”.
El público gritaba. Yo no sabía dónde meterme.
-“¿Y podemos saber quién es la afortunada?”.
Rápidamente, Yunho se levantó de su asiento y me alzó la mano.
-“Hero Jaejoong. Es él a quien amo”.
Se hizo un silencio repentino. Todos quedaron sorprendidos. Me avergoncé tanto que escondí mi cara.
El conductor estaba atónito.
-“¿Estás declarando públicamente que Jaejoong y tú tienen un romance?”.
-“Así es, lo confirmo”- dijo orgulloso.
Pronto el público lleno de fanáticas, se puso eufórico en inquieto. Los cinco tuvimos que salir del estudio inmediatamente.
Al entrar en la combi, empezamos a discutir con Yunho, casi a los gritos, mientras los otros tres nos observaban un tanto tristes por la situación.
-“Te advertí que esto pasaría, pero tú no quisiste escuchar”.
-“Sabías que tarde o temprano se iban a enterar, Jae”.
-“Eso no importa. Tú no tuviste en cuenta mi opinión al respecto”.
-“¿Y qué querías que hiciera? ¿Qué mintiera? Acaso tú, ¿no me amas?”.
-“Realmente, con estas actitudes dejas mucho que desear”- corrí mi vista hacia la ventana.
-“Bien, si eso es lo que piensas…”- contestó enojado.
No nos hablamos durante todo el trayecto. Los rostros de los demás eran de preocupación, y angustia. Tampoco quisieron acotar ni preguntar nada, sabían que sería para peor.
Al llegar a casa, el mánager estaba furioso por la declaración pública de Yunho.
-“LO ARRUINASTE! Arruinaste tu carrera y la de tus compañeros! ¿Qué vamos a hacer con los sponsors, las campañas publicitarias, los shows…? LA COMPAÑÍA VA A IR A LA RUINA POR TU CULPA!”.
Yunho se sentía culpable por los problemas que había causado, pero no estaba arrepentido. Su gesto era de furia y remordimiento, mientras recibía el reto del mánager.
En los días posteriores, las tapas de los diarios con nuestra foto juntos, colmaban las calles.
El mánager propuso hacer una conferencia de prensa para aclarar (o mejor dicho, ocultar) las cosas, pero nosotros decidimos no hacer declaraciones.
A pesar de todo el revuelo que se había generado, nuestros recitales aún estaban pendientes y debíamos cumplirlos.
Disimulábamos nuestros problemas cuando estábamos arriba del escenario, pero en realidad la situación era más tensa que nunca, sin mencionar lo que vino después…
Una tarde fui a recorrer la ciudad para despejarme un poco. Me sentía vacío y desesperanzado, mientras miraba los locales de ropa. Cada cosa me recordaba a él. Las fanáticas me seguían, pero yo no les prestaba atención. Estaba pensando en la horrible pelea que habíamos tenido, cuando de repente sonó mi celular.
-“Hola Jae, soy Changmin. Escucha, ven pronto. Yunho está internado en el hospital”.
-“¡¿Qué?! Pero, ¿qué sucedió?”.
-“Ven rápido, te contaré personalmente”.
Tomé un taxi hasta el hospital lo más rápido que pude. Al llegar, busqué la habitación en donde estaba. Encontré a Changmin, Junsu, Yoochun y el mánager en el pasillo.
-“¿Qué le ocurrió?”- les pregunté desesperado. “¿Cómo está? ¿Se encuentra bien?”.
-“Todavía no sabemos por qué, pero se desmayó después de un concierto”- me informó Min. “Mira, aquí viene el doctor”.
Me acerqué a él rápidamente.
-“¿Qué le pasó? ¿En dónde está?”.
-“Parece ser un cuadro de intoxicación grave. Al revisarlo, hayamos pegamento industrial en su estómago. Le inyectamos antibióticos para que se eliminen las sustancias dañinas que tiene su cuerpo por vía natural”.
-“¿Pegamento? Pero, cómo…”.
-“Ahora que recuerdo- interrumpió Changmin- una fanática se le acercó con una botella de agua abierta después del recital. Para ser sincero, no se veía muy confiable ni la botella, ni la chica”.
-“Oh, no! ¿Cómo es posible que haya gente así?”- expresó Junsu angustiado.
-“Dígame que va a estar bien, por favor”- pedí al doctor.
-“Los resultados se irán viendo con el transcurrir del tiempo. No prometo nada. Sólo hay que esperar”.
-“¿Puedo verlo?”.
-“Sí, por supuesto. Ahora está descansando. Pasa”.
Al entrar en la habitación, Yunho estaba dormido en la cama, lleno de cables y tubos, conectado a un respirador artificial. Verlo así me provocó una tristeza tan grande, que me largué a llorar. Me arrodillé frente a él y tomé su mano.
-“Oh, Yunho...esto es mi culpa. No debimos haber peleado así…Si hubiera estado allí para ayudarte…Eres la única persona para mí, nadie más…no me dejes, por favor…no podría vivir sin ti…”- mi rostro estaba empapado en lágrimas. “Sólo hay una cosa que puedo hacer para que nos dejen estar juntos y en paz…”.
Me levanté y fui al pasillo.
-“Escuchen- les dije a mis tres amigos- necesito que me ayuden. Voy a confesarle al mundo lo que siento por Yunho”.
-“Cuenta conmigo!”- exclamó Junsu.
-“Lo malo es que no sé cómo ni dónde”- comenté.
-“Pero yo sí!”- expresó Changmin. “Esta noche iremos a una entrevista de televisión. Es el lugar perfecto. Millones de personas te estarán viendo”.
-“Pero… ¿cómo lo digo? Soy muy malo para expresarme, y más aún en público”- admití.
-“No te preocupes por eso”- Micky palmeó mi espalda. “Yo te ayudo”.
Por desgracia el mánager nos escuchó.
-“Ustedes no irán a ningún lado. No van a empeorar más las cosas. Llamaré a los guardaespaldas para que los escolten hasta su casa”- gritó, mientras sacaba su teléfono celular.
Pronto, tres matones nos agarraron de los brazos de una manera más que brusca, y nos llevaron hasta la salida del hospital, en donde nos esperaba un auto negro con vidrios polarizados.
Yoochun me miró cómplice y susurró:
-“A la cuenta de tres...uno…dos…TRES!”- inmediatamente golpeamos a los guardaespaldas, que cayeron al piso adoloridos.
Uno se levantó, pero Junsu tiró una patada impulsiva que casi le vuela la cabeza, haciendo que el hombre quedara inconsciente.
-“WHO’S THAT!”- exclamó Su, como grito de gloria.
Otro más se incorporó, intentando atacar a Changmin, pero Yoochun lo detuvo pegándole en la entrepierna.
-“HASTA LA VISTA, BABY”- dijo con su tono inglés.
Luego me jaló de la mano.
-“Vamos, Jae. Rápido, sube al auto”.
Me senté atrás con él, mientras que Changmin conducía, con Junsu a su lado.
-“Necesito lápiz y papel, PRONTO!”-pidió Micky desesperado, como un médico cirujano.
-“Fíjate en mi bolso, Su”- dijo Changmin, sin dejar de mirar al frente, con el auto en movimiento.
-“Sí, aquí hay…toma”- Junsu me extendió un cuaderno y un bolígrafo.
-“Qué no llevas en ese bolso!”- expresó Yoochun graciosamente.
-“No sé cómo empezar con el discurso”- comenté preocupado.
“¿Discurso?”- interrumpió mi Soulmate. “Jae, no eres un presidente en plenas elecciones! Eres un chico enamorado que quiere demostrarle al mundo cuán importante es él para ti”.
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domingo, 2 de mayo de 2010
Capítulo 19: Díselo!
Ya había amanecido, cuando desperté sobre Yunho que seguía soñando.
Tuve una sensación de bienestar que llenó mi alma. Miré su rostro angelical, y sonreí.
Decidí hacerle un desayuno sorpresa. Lo besé en la nariz, y de un salto me levanté de la cama para vestirme.
En la sencilla cocina que otorgaba el hotel, no había nada, sólo ramen. Supuse que Junsu y Min se habían devorado todo durante su estadía. Me preguntaba si Yunho había pasado hambre al lado de esos dos velocirraptors.
Decidí bajar al restaurant a comprar comida ya hecha. No me quedaba otra opción.
No tenía dinero, así que fui a mi verdadera habitación a buscarlo.
Al entrar, encontré a Junsu y a Micky durmiendo abrazados en la cama. Estaban vestidos elegantemente, no entendía por qué.
Ingresé despacio para revisar mi bolso. Sin querer hice un ruido, logrando que Yoochun se despertara.
-“Jae… ¿qué hora es?”- me preguntó un tanto aturdido.
-“Las…10:30 Am”- respondí viendo el reloj de la mesita de luz contigua.
Se levantó suavemente, desenroscando sus brazos de Xiah, aún dormido.
-“¿Le confesaste por fin tu amor?”- le dije riendo.
-“Más que eso! Mira…”- me mostró el anillo de su dedo. “Nos casamos anoche en secreto”.
-“¿En serio? Felicidades amigo!!”- lo abracé. “Pero… ¿por qué no me invitaron?”.
-“Te buscamos por todos lados, hasta que te encontramos durmiendo con Yunho, y decidimos no molestarlos JE JE”- rió pícaramente.
Me ruboricé al instante.
-“Oh, no! O sea que, ¿nos vieron?”.
-“Sí, dormidos. Se los notaba AGOTADOS jajajajaja”.
-“Ay, Micky, por favor…”.
-“No pero, en serio, me alegro que por fin te hayas decidido, Jae. Le has dicho que lo amas, ¿verdad?”.
-“Emm…en realidad…todavía no”.
-“¡¿Qué?! ¿Y qué esperas? Díselo lo antes posible!”.
-“Eso quisiera, pero… ¿Cómo? ¿Dónde? No soy bueno para esas cosas…”.
-“Bueno, ¿qué te parece con una canción? Con esa que compusimos, ¿qué opinas?”.
-“¿Tú crees? No sé, no estoy seguro…”.
-“Oh, come on, baby! Hazlo! Demuéstrale cuánto lo amas”.
-“Está bien, pero que sea…emm…mañana”.
-“Pero mañana ya estaremos en Corea nuevamente”.
-“Genial entonces, mucho mejor…Apropósito, ¿dónde está Changmin?”- quise cambiar de tema.
-“Creo que está abajo en el restaurant”.
-“Justo iba a ir para allá. Nos vemos después…”- salí del cuarto tan rápido, que Yoochun no pudo decir nada.
Cuando llegué, Changmin estaba sentado en la barra, bebiendo un vaso de leche. Lucía algo triste y melancólico.
-“Hola, Min. ¿Cómo estás?”- sonreí.
-“Ah, hola Jae…”- suspiró sin ánimos, mirando su vaso.
-“¿Te enteraste de la boda de YooSu?”.
-“Aham…yo fui el padrino”- contestó desalentado.
-“ Qué bueno, amigo!”- lo palmeé en la espalda.
-“Mm…gracias”.
-“¿Qué te sucede?”.
-“Nada…es que…mi Su está creciendo, y ahora se va de mis brazos”- hablaba como una madre.
-“El hecho de que se case, no quiere decir que te vaya a dejar, Max. Al contrario, es un motivo de celebración, y más aún si eres el padrino!”- intenté animarlo.
Me miró, y dejó su vaso de un golpe.
-“Tienes razón. No tengo por qué estar así. Vamos a brindar!”.
-“Emm… ¿con leche?”- reí señalando su brebaje.
-“Sabes que no tomo alcohol, Jae. Si quieres pídete un trago, yo invito”.
-“Me encantaría, pero tengo que subir…”.
-“Ah, claro! Yunho te espera, ¿no es así?”- dijo en tono burlón.
Asentí con la cabeza, sonriendo sonrojado.
Compré algunas cosas y volví a la habitación.
Al entrar, Yunho ya no estaba en la cama. Fui a la cocina y lo encontré en bóxers, preparando ramen. Se veía espléndido, sublime diría yo.
-“Creo que te me adelantaste”- le dije mostrándole las cosas que había comprado.
-“Jae, mi amor!”- se acercó a mí a darme un cálido beso matutino. “¿Dónde estabas? Te extrañé”- me tomó del rostro.
-“Mira, traje Lemon Pie y Cheese Cake para que comamos”.
Se acercó a mí peligrosamente y me agarró de los muslos.
-“Mmm…a ti quiero comerte”- me mordió el cuello. Solté la bolsa de inmediato.
-“Yun…Yunho por fav…”- me estremecí al instante.
Su zona rozaba la mía por encima de mi pantalón.
-“Te ves tan…apetitoso esta mañana”-con una de sus manos masajeaba deliciosamente mi parte sensible.
Empecé a respirar con dificultad.
-“¿Quieres otra vez? Uhmm?”- lamió mi oreja. Su tono era condenadamente sexual.
-“Mmhhh…”- no pude evitar gemir. Sentí escalofríos.
No logré resistirme, y caí en su candente juego.
Pronto me jaló del pantalón, y me sentó en la mesada de mármol, besándome apasionadamente. Yo sostenía sus fuertes hombros.
Me abrió las piernas y tomó mi espalda baja.
-“Yunnie ah…el-el ramen se va a quemar…”- dije jadeando, apoyado contra la pared junto a las cacerolas y objetos de cocina allí colgados.
-“Qué se queme!....Yo estoy ardiendo…”-su lengua estaba descontrolada.
De a poco, coló sus manos en mi trasero, bajando mi pantalón.
Me sonrojé al instante y cerré los ojos. Me sentí excitado, ambos en realidad. Hacía un calor impresionante y no era precisamente por el fuego de la hornalla.
Llevó una de sus manos por debajo de mi sweater, y masajeó mi pecho, delineando con sus dedos mis abdominales sutilmente marcados.
Yo amagué a quitarme dicha prenda, pero él detuvo mi acción, colocándome las manos detrás de mi cabeza, contra la pared, quedando yo así imposibilitado a cualquier movimiento.
-“Déjatelo puesto…”- me miró con lascivia. Yo sabía que le gustaba mucho verme con sweater, pero hacía demasiado calor, y ya me resultaba una prenda incómoda.
Intenté zafarme de su posesivo agarre, pero me era imposible. Aunque admito que en parte quería ser su esclavo, su amante, su todo. Así que, lo dejé dominarme.
Se hizo desear, acariciando mi rostro con su nariz, respirando en mis labios, y lamiéndolos de par en par. Era malo, muy malo. Él sabía que yo no podría aguantar mucho tiempo.
-“Ház-Házmelo…”- rogué extasiado.
Su cara demostraba satisfacción al tenerme a su merced.
Pronto, me levantó las piernas, bajando un poco mi pantalón, y entró en mí de una estocada violenta.
-“AAHHHH!”- gemí de dolor y placer. No me dio tiempo de nada.
Comenzó a hacer fuertes movimientos pélvicos, provocando que yo diera pequeños saltos.
-“Ahh…ahh…más…MÁS YUNHO…ahh!”- pedí a gritos desesperados.
Tiramos todo lo que había sobre la mesada. Los vidrios de las ventanas estaban empañados.
-“¿Quieres más, eh?...mmhhh…ven, súbete…”- me alzó rápidamente a su cintura, y me llevó contra una pared.
Me embestía continuamente, haciéndome gemir de una manera bestial.
Yo lo besaba, desbordado de placer, mientras él tenía sus manos en mis muslos.
Ya se nos había hecho adictivo.
-“D-di que mmhhh….me amas…ahh”- susurró en mi oído.
Nunca pensé que llegarían esas palabras que me hacían sentir tan incómodo, y menos en esas circunstancias.
Pero, al ver cómo me hacía el amor, y la forma en que me había demostrado lo que sentía, decidí ceder a su petición.
-“T-te ahhhhh!!”- grité justo al llegar al orgasmo. Después el también.
Nos quedamos así, intentando calmar nuestras respiraciones. No logré decir nada, y él pareció olvidarse del tema. Luego nos bañamos juntos.
En la ducha él enjuagaba mi cabello lleno de shampoo, mientras que yo le pasaba delicadamente la esponja por su hermoso pecho bien formado. Cuando llegué a su ombligo, en un arranque de excitación, tomó mi mano y la guió hacia más abajo.
-“¿Otra vez?”- pregunté en tono gracioso.
-“No, es que…estoy muuuy sucio”- dijo en tono pícaro e insinuante. ”Y…quisiera que me limpies…”- puso un gesto de bebé, absolutamente irresistible.
-“Oh, bueno…en ese caso…”- le seguí el juego.
Él guiaba mis movimientos para lograr la intensidad que más le gustara, mientras me besaba y miraba con lujuria.
-“Mmhhh, Jae…q-que delicioso… ¿estás…mmhhh…seguro de que nunca habías hecho esto?...”.
Reí pícaro, para devorar sus labios. Evidentemente había logrado eso que yo tanto anhelaba: darle placer a él.
Al rato, preparamos los bolsos para volver a Corea.
-“¿Vamos muchachos?”- preguntó Yoochun al entrar por la puerta del cuarto.
-“Sí, vamos”- respondí saliendo con Yunho de la mano.
-“Apúrense, que Changmin y Junsu nos están esperando en el aeropuerto”.
Ya estando arriba del avión, Micky me interrogó en secreto.
-“¿Y? ¿Se lo dijiste?”.
-“Aún no. Voy a esperar hasta estar en Corea”.
Luego miré por la ventana, pudiendo observar cómo nos alejábamos de esa ciudad mágica e inolvidable.
-“Adiós, París”- suspiré sonriendo con nostalgia.
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Tuve una sensación de bienestar que llenó mi alma. Miré su rostro angelical, y sonreí.
Decidí hacerle un desayuno sorpresa. Lo besé en la nariz, y de un salto me levanté de la cama para vestirme.
En la sencilla cocina que otorgaba el hotel, no había nada, sólo ramen. Supuse que Junsu y Min se habían devorado todo durante su estadía. Me preguntaba si Yunho había pasado hambre al lado de esos dos velocirraptors.
Decidí bajar al restaurant a comprar comida ya hecha. No me quedaba otra opción.
No tenía dinero, así que fui a mi verdadera habitación a buscarlo.
Al entrar, encontré a Junsu y a Micky durmiendo abrazados en la cama. Estaban vestidos elegantemente, no entendía por qué.
Ingresé despacio para revisar mi bolso. Sin querer hice un ruido, logrando que Yoochun se despertara.
-“Jae… ¿qué hora es?”- me preguntó un tanto aturdido.
-“Las…10:30 Am”- respondí viendo el reloj de la mesita de luz contigua.
Se levantó suavemente, desenroscando sus brazos de Xiah, aún dormido.
-“¿Le confesaste por fin tu amor?”- le dije riendo.
-“Más que eso! Mira…”- me mostró el anillo de su dedo. “Nos casamos anoche en secreto”.
-“¿En serio? Felicidades amigo!!”- lo abracé. “Pero… ¿por qué no me invitaron?”.
-“Te buscamos por todos lados, hasta que te encontramos durmiendo con Yunho, y decidimos no molestarlos JE JE”- rió pícaramente.
Me ruboricé al instante.
-“Oh, no! O sea que, ¿nos vieron?”.
-“Sí, dormidos. Se los notaba AGOTADOS jajajajaja”.
-“Ay, Micky, por favor…”.
-“No pero, en serio, me alegro que por fin te hayas decidido, Jae. Le has dicho que lo amas, ¿verdad?”.
-“Emm…en realidad…todavía no”.
-“¡¿Qué?! ¿Y qué esperas? Díselo lo antes posible!”.
-“Eso quisiera, pero… ¿Cómo? ¿Dónde? No soy bueno para esas cosas…”.
-“Bueno, ¿qué te parece con una canción? Con esa que compusimos, ¿qué opinas?”.
-“¿Tú crees? No sé, no estoy seguro…”.
-“Oh, come on, baby! Hazlo! Demuéstrale cuánto lo amas”.
-“Está bien, pero que sea…emm…mañana”.
-“Pero mañana ya estaremos en Corea nuevamente”.
-“Genial entonces, mucho mejor…Apropósito, ¿dónde está Changmin?”- quise cambiar de tema.
-“Creo que está abajo en el restaurant”.
-“Justo iba a ir para allá. Nos vemos después…”- salí del cuarto tan rápido, que Yoochun no pudo decir nada.
Cuando llegué, Changmin estaba sentado en la barra, bebiendo un vaso de leche. Lucía algo triste y melancólico.
-“Hola, Min. ¿Cómo estás?”- sonreí.
-“Ah, hola Jae…”- suspiró sin ánimos, mirando su vaso.
-“¿Te enteraste de la boda de YooSu?”.
-“Aham…yo fui el padrino”- contestó desalentado.
-“ Qué bueno, amigo!”- lo palmeé en la espalda.
-“Mm…gracias”.
-“¿Qué te sucede?”.
-“Nada…es que…mi Su está creciendo, y ahora se va de mis brazos”- hablaba como una madre.
-“El hecho de que se case, no quiere decir que te vaya a dejar, Max. Al contrario, es un motivo de celebración, y más aún si eres el padrino!”- intenté animarlo.
Me miró, y dejó su vaso de un golpe.
-“Tienes razón. No tengo por qué estar así. Vamos a brindar!”.
-“Emm… ¿con leche?”- reí señalando su brebaje.
-“Sabes que no tomo alcohol, Jae. Si quieres pídete un trago, yo invito”.
-“Me encantaría, pero tengo que subir…”.
-“Ah, claro! Yunho te espera, ¿no es así?”- dijo en tono burlón.
Asentí con la cabeza, sonriendo sonrojado.
Compré algunas cosas y volví a la habitación.
Al entrar, Yunho ya no estaba en la cama. Fui a la cocina y lo encontré en bóxers, preparando ramen. Se veía espléndido, sublime diría yo.
-“Creo que te me adelantaste”- le dije mostrándole las cosas que había comprado.
-“Jae, mi amor!”- se acercó a mí a darme un cálido beso matutino. “¿Dónde estabas? Te extrañé”- me tomó del rostro.
-“Mira, traje Lemon Pie y Cheese Cake para que comamos”.
Se acercó a mí peligrosamente y me agarró de los muslos.
-“Mmm…a ti quiero comerte”- me mordió el cuello. Solté la bolsa de inmediato.
-“Yun…Yunho por fav…”- me estremecí al instante.
Su zona rozaba la mía por encima de mi pantalón.
-“Te ves tan…apetitoso esta mañana”-con una de sus manos masajeaba deliciosamente mi parte sensible.
Empecé a respirar con dificultad.
-“¿Quieres otra vez? Uhmm?”- lamió mi oreja. Su tono era condenadamente sexual.
-“Mmhhh…”- no pude evitar gemir. Sentí escalofríos.
No logré resistirme, y caí en su candente juego.
Pronto me jaló del pantalón, y me sentó en la mesada de mármol, besándome apasionadamente. Yo sostenía sus fuertes hombros.
Me abrió las piernas y tomó mi espalda baja.
-“Yunnie ah…el-el ramen se va a quemar…”- dije jadeando, apoyado contra la pared junto a las cacerolas y objetos de cocina allí colgados.
-“Qué se queme!....Yo estoy ardiendo…”-su lengua estaba descontrolada.
De a poco, coló sus manos en mi trasero, bajando mi pantalón.
Me sonrojé al instante y cerré los ojos. Me sentí excitado, ambos en realidad. Hacía un calor impresionante y no era precisamente por el fuego de la hornalla.
Llevó una de sus manos por debajo de mi sweater, y masajeó mi pecho, delineando con sus dedos mis abdominales sutilmente marcados.
Yo amagué a quitarme dicha prenda, pero él detuvo mi acción, colocándome las manos detrás de mi cabeza, contra la pared, quedando yo así imposibilitado a cualquier movimiento.
-“Déjatelo puesto…”- me miró con lascivia. Yo sabía que le gustaba mucho verme con sweater, pero hacía demasiado calor, y ya me resultaba una prenda incómoda.
Intenté zafarme de su posesivo agarre, pero me era imposible. Aunque admito que en parte quería ser su esclavo, su amante, su todo. Así que, lo dejé dominarme.
Se hizo desear, acariciando mi rostro con su nariz, respirando en mis labios, y lamiéndolos de par en par. Era malo, muy malo. Él sabía que yo no podría aguantar mucho tiempo.
-“Ház-Házmelo…”- rogué extasiado.
Su cara demostraba satisfacción al tenerme a su merced.
Pronto, me levantó las piernas, bajando un poco mi pantalón, y entró en mí de una estocada violenta.
-“AAHHHH!”- gemí de dolor y placer. No me dio tiempo de nada.
Comenzó a hacer fuertes movimientos pélvicos, provocando que yo diera pequeños saltos.
-“Ahh…ahh…más…MÁS YUNHO…ahh!”- pedí a gritos desesperados.
Tiramos todo lo que había sobre la mesada. Los vidrios de las ventanas estaban empañados.
-“¿Quieres más, eh?...mmhhh…ven, súbete…”- me alzó rápidamente a su cintura, y me llevó contra una pared.
Me embestía continuamente, haciéndome gemir de una manera bestial.
Yo lo besaba, desbordado de placer, mientras él tenía sus manos en mis muslos.
Ya se nos había hecho adictivo.
-“D-di que mmhhh….me amas…ahh”- susurró en mi oído.
Nunca pensé que llegarían esas palabras que me hacían sentir tan incómodo, y menos en esas circunstancias.
Pero, al ver cómo me hacía el amor, y la forma en que me había demostrado lo que sentía, decidí ceder a su petición.
-“T-te ahhhhh!!”- grité justo al llegar al orgasmo. Después el también.
Nos quedamos así, intentando calmar nuestras respiraciones. No logré decir nada, y él pareció olvidarse del tema. Luego nos bañamos juntos.
En la ducha él enjuagaba mi cabello lleno de shampoo, mientras que yo le pasaba delicadamente la esponja por su hermoso pecho bien formado. Cuando llegué a su ombligo, en un arranque de excitación, tomó mi mano y la guió hacia más abajo.
-“¿Otra vez?”- pregunté en tono gracioso.
-“No, es que…estoy muuuy sucio”- dijo en tono pícaro e insinuante. ”Y…quisiera que me limpies…”- puso un gesto de bebé, absolutamente irresistible.
-“Oh, bueno…en ese caso…”- le seguí el juego.
Él guiaba mis movimientos para lograr la intensidad que más le gustara, mientras me besaba y miraba con lujuria.
-“Mmhhh, Jae…q-que delicioso… ¿estás…mmhhh…seguro de que nunca habías hecho esto?...”.
Reí pícaro, para devorar sus labios. Evidentemente había logrado eso que yo tanto anhelaba: darle placer a él.
Al rato, preparamos los bolsos para volver a Corea.
-“¿Vamos muchachos?”- preguntó Yoochun al entrar por la puerta del cuarto.
-“Sí, vamos”- respondí saliendo con Yunho de la mano.
-“Apúrense, que Changmin y Junsu nos están esperando en el aeropuerto”.
Ya estando arriba del avión, Micky me interrogó en secreto.
-“¿Y? ¿Se lo dijiste?”.
-“Aún no. Voy a esperar hasta estar en Corea”.
Luego miré por la ventana, pudiendo observar cómo nos alejábamos de esa ciudad mágica e inolvidable.
-“Adiós, París”- suspiré sonriendo con nostalgia.
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viernes, 30 de abril de 2010
Capítulo 18: Mi primera vez
Yo, mientras tanto, después de haber salido del baño del restaurante, seguí a Yunho hasta el ascensor del hotel, el cual detuve a tiempo, antes de que las puertas se cerraran.
Agitado, intentando recuperar el aliento, mientras el elevador nos llevaba a los dos solos al piso diecisiete, le dije:
-“Escúchame, no es lo que crees. Me caí encima de Micky, porque resbalé con el piso mojado, eso es todo; nada más pasó”-juré mirándolo a los ojos fijamente.
-“No tienes por qué explicarme nada. A parte yo supuse que eso había sucedido”.
-“Entonces, ¿por qué huiste así?”.
Él miró al suelo, apenado.
-“Porque al verlos así, me di cuenta de que ustedes son más unidos que tú y yo, al igual que Changmin con Junsu. Siempre están los cuatro juntos disfrutando de su amistad y confianza”- sus ojos se volvieron llorosos. “No sabes lo difícil que ha sido para mí, todo este tiempo vivir esa imagen de rudo y fuerte delante de las fans y las cámaras, teniendo que restringirme de tus besos, tus caricias, tu piel.
A veces me dan ganas de mandar todo al diablo, y demostrarle a todos lo que siento por ti. No puedo más, Jae!”- se tapó la cara con sus manos. “No lo soporto más! Esta situación es una mierda!”.
Lo abracé fuerte y se largó a llorar en mi hombro.
-“Por favor Yunho, cálmate. Me hace muy mal verte sufrir así”.
Estaba agitado y respiraba con dificultad, mientras empapaba mi ropa de lágrimas.
-“Escúchame- le dije en el oído- mientras tú y yo sepamos lo que sentimos, los demás no importan. Ni las cámaras, ni las fans, ni la compañía, ni nadie. Sólo tú y yo”.
Pronto levantó su cabeza, quedando a centímetros de mi rostro.
-“¿Y tú? ¿Qué sientes por mí?”- preguntó mirándome con sus ojos húmedos.
Me di cuenta que nunca le había dicho lo mucho que significaba para mí.
Impulsivamente lo tomé de la nuca y lo besé. Pronto se estremeció en mis brazos. Luego separé mis labios de los suyos para darle mi mejor sonrisa, haciendo que a él también se le dibujara una.
Las puertas del ascensor se abrieron de repente, llegando así al piso diecisiete. Salimos tomados de las manos. Por suerte el lugar estaba desierto, ya que era de madrugada.
Llegamos a la puerta de la habitación de Yunho, la cual abrió con una tarjeta magnética.
-“¿Quieres pasar?”- me preguntó apenado.
Sin decir nada, lo besé nuevamente, empujándolo para entrar, y cerré la puerta con fuerza.
Yunho estaba sorprendido, y sinceramente yo también. Nunca había dado el primer paso con nadie. Pero esa noche parisina era perfecta para demostrarle cuánto lo amaba.
-“¿Estás seguro de que quieres hacer esto?”- me preguntó, despegando su rostro del mío.
-“Sí, muy seguro”- respondí, para luego volver a besarlo de una forma apasionada.
Pronto le levanté la remera que llevaba puesta. Él ayudó a quitársela también.
Tenía un cuerpo perfecto. Y, a pesar de que ya lo había visto una vez desnudo, en esta ocasión era diferente. Las circunstancias eran completamente distintas. Yo QUERÍA que pasara esto.
Su pecho, sus abdominales, todo había sido tallado por un ángel.
Pronto me llevó contra una pared, sin dejar de besarme. Yo, al ser más bajo, me ponía en puntitas para llegar a su boca. Me sentía realmente atraído hacia él.
Después quitó con suavidad mi sweater de mangas largas que tanto le gustaba, para luego volver a mis labios. Yo, mientras tanto, lo abrazaba por los hombros. En ese momento, supe que no podría vivir sin él. Sus caricias eran indispensables para mi existencia.
Antes de darme cuenta, ambos torsos habían quedado descubiertos.
Su boca se deslizó por mi cuello, mis clavículas y mi pecho, lamiendo y besando cada parte de ellos. Yo daba pequeños jadeos y suspiros. Luego llegó a mi ombligo. Su lengua se entretuvo con mi piercing metálico, mientras yo sostenía su cabeza.
-“Oh, Yunho…ahh”- gemí remordiéndome con los ojos cerrados y echando mi cabeza hacia atrás.
Era increíble la forma en que él me amaba y daba placer al mismo tiempo.
Luego subió nuevamente hacia mi boca, dándome un beso más apasionado y tierno que los demás.
Con un gesto impulsivo, agarró mis caderas con fuerza.
-“Ay!”- grité.
-“¿Qué sucede?”
-“La caída en el baño con Yoochun”- recordé graciosamente.
-“Oh, lo siento, tendré cuidado”- dijo acariciando mi zona lastimada.
Nuestros labios volvieron a unirse. Su lengua incitaba a la mía a recorrer su boca desesperadamente.
Luego, tomándolo del cinturón de su pantalón, lo arrastré con dificultad hasta la cama, en la cual me recosté boca arriba. Él se colocó encima de mí con delicadeza. Me miró a los ojos de una forma sincera y conmovedora.
-“Te amo, Kim Jaejoong”- confesó acariciándome el rostro.
Despacio desabrochó mi pantalón, para luego quitarlo completamente. Luego hizo lo mismo con el suyo. Yo estaba sumamente excitado y aterrado.
Noté que él miró mi entrepierna, asombrado. Intimidado, cubrí mi cara.
-“Por favor, Hero- rió sutilmente-no tengas vergüenza. Demuéstrame lo que sientes”.
-“Lo lamento, es que…yo nunca…”.
-“¿Es tu primera vez?”.
Asentí con la cabeza tímidamente. Mis mejillas se ruborizaron.
-“Oh, Jae, o sea que, ¿me estás dando el honor de ser el primero?”- sonrió sorprendido.
-“Aham…solo tú. Eres a la única persona que le confío esto. Y…quiero dar este paso contigo”- no entiendo de donde saqué el coraje para decir eso.
Me besó nuevamente, sin decir nada. Sutilmente quitó mi ropa interior y luego la suya. Yo estaba realmente tímido, pero acalorado al mismo tiempo.
Cerré los ojos.
-“Voy a hacerlo con suavidad, ¿está bien?”- susurró en mi oído. “Vas a sentir una ligera molestia”.
Yo estaba temblando de miedo.
Pronto, levantó un poco mis piernas, y de a poco ingresó en mí. Dolía como mil demonios!.
-“Aaahhhh!”- gemí sufriente.
Mis ojos se tornaron llorosos, pero no llegaron a derramar lágrimas. Por suerte, logré contenerme.
Él hacía lo imposible para no lastimarme. Nunca creí que el sexo fuera tan complicado, sobre todo en esa forma y con una persona de mi mismo género. De todas formas, él logró que las cosas se tornaran más fáciles.
Despacio se fue desplazando en mi interior. Era una sensación nueva e inexplicable.
Se quedó estático unos momentos. Hasta mucho después me enteré de por qué hacía eso. Mi nula experiencia había dejado entrever mi ignorancia para algo tan corriente, como lo es el sexo. Pero, sin duda, esa fue la noche más maravillosa de mi vida.
Empezó a dar pequeños movimientos de adelante hacia a atrás. Con cada uno de ellos salían jadeos de mi boca. Para ser sincero, en un momento comencé a sentir placer, lo cual me daba culpa. Remordí mi dedo índice, absolutamente entregado hacia él.
Yunho me miraba fijamente. Sus manos sostenían mis muslos. Él quería hacerme sentir lo más relajado posible.
Ambos sudábamos. Nuestras respiraciones tenían un ritmo cada vez más agitado.
Yo no sabía de donde agarrarme. Para colmo, estando boca arriba, se me hacían difíciles las cosas, y también poco confortables.
-“Aishh…Yunho…no estoy cómodo”- comenté apenado.
Se detuvo y salió de mí.
-“¿En serio? Ok, ven aquí”- me tomó de las manos para incorporarme.
Me ubicó las piernas alrededor de su cintura, quedando así, sentado sobre él, frente a frente. Aferré mis manos a su morena espalda, mientras que las suyas estaban en mis caderas.
Sonrojadísimo por tener su rostro tan cerca, escondí mi cara en su hombro.
-“Vamos, Jae, no tengas miedo de mí. Lo peor ya pasó”- rió para darme ánimos. “Ahora voy a entrar de nuevo, ¿sí?”.
Asentí con la cabeza, aún oculta. Su forma tan delicada para realizar las cosas me hacían sentir más que bien.
Ésta vez ingresó en mí de una sola vez.
-“Ahh…”- a diferencia del primero, éste me había gustado más. Creo que me dolía más el golpe que me había dado con Micky.
Comenzó a moverse nuevamente, una y otra vez, de atrás para adelante.
Decidí incrementar la velocidad, con algo de vergüenza. Yunho se dio cuenta, y, sorprendido por mi actitud, pero a la vez contento, me siguió la corriente.
Un calor recorría nuestros cuerpos. Lo abracé más fuerte aún. Quería sentirlo bien adentro mío, y que nunca terminase.
-“Yun…Yunho…ahh…m-más rápido…ahh”- pedí totalmente viciado por el placer.
Obedeció a mi petición, sin dejar de ser suave. Todo un caballero, típico de él.
Yo daba pequeños saltos con cada entrada y salida de Yunho. Mientras tanto, besaba mi cuello apasionadamente. Ambos gemíamos, aunque él intentaba no hacerlo. Siempre orgulloso.
De todos modos, lo amaba. Sé que él lo sabía, pero yo nunca se lo había dicho.
Pronto nuestra temperatura se acrecentó más y más. Una electricidad recorrió mi espalda.
-“Ahh…ahhh…Dioos…Y-Yunho…ahh…házlo…mmhhh…m-más…ahh…ahhhh!”- aumentó sus movimientos antes de que pudiera terminar de pedírselo.
Gemí tirándole del pelo. Absolutamente excitado, lo besé en la boca como si fuera la última vez. Mi cuerpo empezó a temblar.
-“Yunho…ahhh…y-ya casi-hh…”.
Al escuchar esto, incrementó más aún la velocidad. Yo gemía cada vez más fuerte. Mordí su cuello y luego su oreja. Clavé mis uñas en su espalda. No podía más.
-“Ahh…ahí viene…ahh…ahh…AHH!!”- grité llegando al orgasmo.
-“Mmhhh…AHH!”-suspiró al derramar su esencia en mi interior.
Me tiré hacia atrás boca arriba. Él se lanzó sobre mí. Ambos estábamos agitados y acalorados. Poco a poco, fuimos calmando nuestras respiraciones.
Yunho se incorporó, me miró sonriente y me besó. Luego, se puso a mi lado.
-“¿Estás bien?”- preguntó girando la cabeza.
-“Uff!...es-espléndido…eso fue…increíble”- respondí conmocionado, mirando hacia el techo.
Me acomodé en su pecho a descansar. Cerré los ojos lentamente, pudiendo escuchar los latidos de su corazón. Él me rodeó con su brazo.
-“Mañana será un laaargo día”- lo oí decir, antes de quedarme profundamente dormido.
Siguiente capítulo
Agitado, intentando recuperar el aliento, mientras el elevador nos llevaba a los dos solos al piso diecisiete, le dije:
-“Escúchame, no es lo que crees. Me caí encima de Micky, porque resbalé con el piso mojado, eso es todo; nada más pasó”-juré mirándolo a los ojos fijamente.
-“No tienes por qué explicarme nada. A parte yo supuse que eso había sucedido”.
-“Entonces, ¿por qué huiste así?”.
Él miró al suelo, apenado.
-“Porque al verlos así, me di cuenta de que ustedes son más unidos que tú y yo, al igual que Changmin con Junsu. Siempre están los cuatro juntos disfrutando de su amistad y confianza”- sus ojos se volvieron llorosos. “No sabes lo difícil que ha sido para mí, todo este tiempo vivir esa imagen de rudo y fuerte delante de las fans y las cámaras, teniendo que restringirme de tus besos, tus caricias, tu piel.
A veces me dan ganas de mandar todo al diablo, y demostrarle a todos lo que siento por ti. No puedo más, Jae!”- se tapó la cara con sus manos. “No lo soporto más! Esta situación es una mierda!”.
Lo abracé fuerte y se largó a llorar en mi hombro.
-“Por favor Yunho, cálmate. Me hace muy mal verte sufrir así”.
Estaba agitado y respiraba con dificultad, mientras empapaba mi ropa de lágrimas.
-“Escúchame- le dije en el oído- mientras tú y yo sepamos lo que sentimos, los demás no importan. Ni las cámaras, ni las fans, ni la compañía, ni nadie. Sólo tú y yo”.
Pronto levantó su cabeza, quedando a centímetros de mi rostro.
-“¿Y tú? ¿Qué sientes por mí?”- preguntó mirándome con sus ojos húmedos.
Me di cuenta que nunca le había dicho lo mucho que significaba para mí.
Impulsivamente lo tomé de la nuca y lo besé. Pronto se estremeció en mis brazos. Luego separé mis labios de los suyos para darle mi mejor sonrisa, haciendo que a él también se le dibujara una.
Las puertas del ascensor se abrieron de repente, llegando así al piso diecisiete. Salimos tomados de las manos. Por suerte el lugar estaba desierto, ya que era de madrugada.
Llegamos a la puerta de la habitación de Yunho, la cual abrió con una tarjeta magnética.
-“¿Quieres pasar?”- me preguntó apenado.
Sin decir nada, lo besé nuevamente, empujándolo para entrar, y cerré la puerta con fuerza.
Yunho estaba sorprendido, y sinceramente yo también. Nunca había dado el primer paso con nadie. Pero esa noche parisina era perfecta para demostrarle cuánto lo amaba.
-“¿Estás seguro de que quieres hacer esto?”- me preguntó, despegando su rostro del mío.
-“Sí, muy seguro”- respondí, para luego volver a besarlo de una forma apasionada.
Pronto le levanté la remera que llevaba puesta. Él ayudó a quitársela también.
Tenía un cuerpo perfecto. Y, a pesar de que ya lo había visto una vez desnudo, en esta ocasión era diferente. Las circunstancias eran completamente distintas. Yo QUERÍA que pasara esto.
Su pecho, sus abdominales, todo había sido tallado por un ángel.
Pronto me llevó contra una pared, sin dejar de besarme. Yo, al ser más bajo, me ponía en puntitas para llegar a su boca. Me sentía realmente atraído hacia él.
Después quitó con suavidad mi sweater de mangas largas que tanto le gustaba, para luego volver a mis labios. Yo, mientras tanto, lo abrazaba por los hombros. En ese momento, supe que no podría vivir sin él. Sus caricias eran indispensables para mi existencia.
Antes de darme cuenta, ambos torsos habían quedado descubiertos.
Su boca se deslizó por mi cuello, mis clavículas y mi pecho, lamiendo y besando cada parte de ellos. Yo daba pequeños jadeos y suspiros. Luego llegó a mi ombligo. Su lengua se entretuvo con mi piercing metálico, mientras yo sostenía su cabeza.
-“Oh, Yunho…ahh”- gemí remordiéndome con los ojos cerrados y echando mi cabeza hacia atrás.
Era increíble la forma en que él me amaba y daba placer al mismo tiempo.
Luego subió nuevamente hacia mi boca, dándome un beso más apasionado y tierno que los demás.
Con un gesto impulsivo, agarró mis caderas con fuerza.
-“Ay!”- grité.
-“¿Qué sucede?”
-“La caída en el baño con Yoochun”- recordé graciosamente.
-“Oh, lo siento, tendré cuidado”- dijo acariciando mi zona lastimada.
Nuestros labios volvieron a unirse. Su lengua incitaba a la mía a recorrer su boca desesperadamente.
Luego, tomándolo del cinturón de su pantalón, lo arrastré con dificultad hasta la cama, en la cual me recosté boca arriba. Él se colocó encima de mí con delicadeza. Me miró a los ojos de una forma sincera y conmovedora.
-“Te amo, Kim Jaejoong”- confesó acariciándome el rostro.
Despacio desabrochó mi pantalón, para luego quitarlo completamente. Luego hizo lo mismo con el suyo. Yo estaba sumamente excitado y aterrado.
Noté que él miró mi entrepierna, asombrado. Intimidado, cubrí mi cara.
-“Por favor, Hero- rió sutilmente-no tengas vergüenza. Demuéstrame lo que sientes”.
-“Lo lamento, es que…yo nunca…”.
-“¿Es tu primera vez?”.
Asentí con la cabeza tímidamente. Mis mejillas se ruborizaron.
-“Oh, Jae, o sea que, ¿me estás dando el honor de ser el primero?”- sonrió sorprendido.
-“Aham…solo tú. Eres a la única persona que le confío esto. Y…quiero dar este paso contigo”- no entiendo de donde saqué el coraje para decir eso.
Me besó nuevamente, sin decir nada. Sutilmente quitó mi ropa interior y luego la suya. Yo estaba realmente tímido, pero acalorado al mismo tiempo.
Cerré los ojos.
-“Voy a hacerlo con suavidad, ¿está bien?”- susurró en mi oído. “Vas a sentir una ligera molestia”.
Yo estaba temblando de miedo.
Pronto, levantó un poco mis piernas, y de a poco ingresó en mí. Dolía como mil demonios!.
-“Aaahhhh!”- gemí sufriente.
Mis ojos se tornaron llorosos, pero no llegaron a derramar lágrimas. Por suerte, logré contenerme.
Él hacía lo imposible para no lastimarme. Nunca creí que el sexo fuera tan complicado, sobre todo en esa forma y con una persona de mi mismo género. De todas formas, él logró que las cosas se tornaran más fáciles.
Despacio se fue desplazando en mi interior. Era una sensación nueva e inexplicable.
Se quedó estático unos momentos. Hasta mucho después me enteré de por qué hacía eso. Mi nula experiencia había dejado entrever mi ignorancia para algo tan corriente, como lo es el sexo. Pero, sin duda, esa fue la noche más maravillosa de mi vida.
Empezó a dar pequeños movimientos de adelante hacia a atrás. Con cada uno de ellos salían jadeos de mi boca. Para ser sincero, en un momento comencé a sentir placer, lo cual me daba culpa. Remordí mi dedo índice, absolutamente entregado hacia él.
Yunho me miraba fijamente. Sus manos sostenían mis muslos. Él quería hacerme sentir lo más relajado posible.
Ambos sudábamos. Nuestras respiraciones tenían un ritmo cada vez más agitado.
Yo no sabía de donde agarrarme. Para colmo, estando boca arriba, se me hacían difíciles las cosas, y también poco confortables.
-“Aishh…Yunho…no estoy cómodo”- comenté apenado.
Se detuvo y salió de mí.
-“¿En serio? Ok, ven aquí”- me tomó de las manos para incorporarme.
Me ubicó las piernas alrededor de su cintura, quedando así, sentado sobre él, frente a frente. Aferré mis manos a su morena espalda, mientras que las suyas estaban en mis caderas.
Sonrojadísimo por tener su rostro tan cerca, escondí mi cara en su hombro.
-“Vamos, Jae, no tengas miedo de mí. Lo peor ya pasó”- rió para darme ánimos. “Ahora voy a entrar de nuevo, ¿sí?”.
Asentí con la cabeza, aún oculta. Su forma tan delicada para realizar las cosas me hacían sentir más que bien.
Ésta vez ingresó en mí de una sola vez.
-“Ahh…”- a diferencia del primero, éste me había gustado más. Creo que me dolía más el golpe que me había dado con Micky.
Comenzó a moverse nuevamente, una y otra vez, de atrás para adelante.
Decidí incrementar la velocidad, con algo de vergüenza. Yunho se dio cuenta, y, sorprendido por mi actitud, pero a la vez contento, me siguió la corriente.
Un calor recorría nuestros cuerpos. Lo abracé más fuerte aún. Quería sentirlo bien adentro mío, y que nunca terminase.
-“Yun…Yunho…ahh…m-más rápido…ahh”- pedí totalmente viciado por el placer.
Obedeció a mi petición, sin dejar de ser suave. Todo un caballero, típico de él.
Yo daba pequeños saltos con cada entrada y salida de Yunho. Mientras tanto, besaba mi cuello apasionadamente. Ambos gemíamos, aunque él intentaba no hacerlo. Siempre orgulloso.
De todos modos, lo amaba. Sé que él lo sabía, pero yo nunca se lo había dicho.
Pronto nuestra temperatura se acrecentó más y más. Una electricidad recorrió mi espalda.
-“Ahh…ahhh…Dioos…Y-Yunho…ahh…házlo…mmhhh…m-más…ahh…ahhhh!”- aumentó sus movimientos antes de que pudiera terminar de pedírselo.
Gemí tirándole del pelo. Absolutamente excitado, lo besé en la boca como si fuera la última vez. Mi cuerpo empezó a temblar.
-“Yunho…ahhh…y-ya casi-hh…”.
Al escuchar esto, incrementó más aún la velocidad. Yo gemía cada vez más fuerte. Mordí su cuello y luego su oreja. Clavé mis uñas en su espalda. No podía más.
-“Ahh…ahí viene…ahh…ahh…AHH!!”- grité llegando al orgasmo.
-“Mmhhh…AHH!”-suspiró al derramar su esencia en mi interior.
Me tiré hacia atrás boca arriba. Él se lanzó sobre mí. Ambos estábamos agitados y acalorados. Poco a poco, fuimos calmando nuestras respiraciones.
Yunho se incorporó, me miró sonriente y me besó. Luego, se puso a mi lado.
-“¿Estás bien?”- preguntó girando la cabeza.
-“Uff!...es-espléndido…eso fue…increíble”- respondí conmocionado, mirando hacia el techo.
Me acomodé en su pecho a descansar. Cerré los ojos lentamente, pudiendo escuchar los latidos de su corazón. Él me rodeó con su brazo.
-“Mañana será un laaargo día”- lo oí decir, antes de quedarme profundamente dormido.
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sábado, 24 de abril de 2010
Capítulo 17: De MinSu a YooSu
-“Cuando era niño, vivía lejos de la ciudad. Un día, me compraron una bicicleta con la que iba a todas partes. Esa misma noche me perdí en el bosque. Lamentablemente, tropecé con una piedra, cayéndome al piso y quedando inconsciente. Cuando desperté, me encontraba en una cabaña, acostado en una cama.
De repente, un niño tierno y tímido se me acercó sonriente”.
(*Flashback*)
-Hola, soy Kim Junsu, pero puedes decirme Su.
-¿Dónde estoy?
-En la cabaña de mi papá. Te encontramos en el bosque malherido y desmayado, así que decidimos traerte para curarte.
-¿En serio?
-Ajam. Toma, te preparé chocolate caliente.
-Oh!...Gracias.
-Por cierto, ¿cómo te llamas?
-Emm…Changmin, Shim Changmin.
-Lindo nombre, pero mejor te digo Mini, jijijiji
-Te ríes igual que un delfín, jajajajajajaja…
(*Fin flashback*)
-“Desde ese día, nunca más nos separamos. Estoy en deuda con Junsu. De no haber sido por él, quien sabe que me hubiera ocurrido. Aunque como verán, actualmente YO lo cuido y protejo del mundo, en forma de agradecimiento por salvarme la vida”.
Nos quedamos unos segundos en silencio para analizar la historia que acabábamos de oír.
-“Ahora entiendo todo!”- dijo Micky tocándose la frente.
-“Nuestra relación es como de hermanos, es todo. Ya te respondí tu pregunta. Ahora responde la mía. ¿Por qué debes decirme lo que sientes?”- preguntó intrigado.
Micky me miró, y le asentí con la cabeza como gesto de apoyo.
-“Yo Park Yoochun- confesó apoyando una rodilla en el suelo, hacia Max- le pido a usted, Shim Changmin…”- tomó su mano. El otro estaba ruborizado; obviamente se imaginaba cualquier cosa, menos lo que iba a ocurrir. “…que me entregue la mano de Junsu en matrimonio”.
-“¿Cómo dices?”- preguntó el otro confundidísimo.
Nadie se percató de que Xiah estaba entrando por la puerta del baño, pudiendo ver a Micky arrodillado delante de Changmin, tomados de las manos, y oyendo sus palabras:
“Mis intenciones son buenas, y mi amor es puro. No puedo callar más estos sentimientos que llevo guardados en mi corazón desde hace tanto tiempo…”
Pronto escuchamos un pequeño sollozo. Miramos hacia la entrada. Era Junsu, llorando más triste que nunca, empapado en lágrimas. Observó a Yoochun y a Changmin, y luego salió corriendo.
-“SU ESPERA! NO ES LO QUE PIENSAS!”- grité, persiguiéndolo.
Como un verdadero torpe, resbalé en el piso húmedo del baño, cayéndome encima de Micky, el cual terminó planchado en el suelo. Perecíamos dos niños jugando al twister. Nuestras piernas y brazos estaban todos enredados. Un desastre. A veces deseaba comprarme unos pies nuevos. Ya eran demasiadas las veces en mi vida que terminaba tirado como idiota.
Changmin, por suerte parado, se agarró la cabeza, preocupado.
-“Oh, no! Junsu ha confundido las cosas. Seguramente habrá pensado que Yoochun y yo…”
-“Debe estar tan enojado y confundido”- dije adolorido por la situación, y por el tremendo golpe que me había dado en la cintura.
-“Y no es el único…”- expresó Micky, mirando hacia la puerta, por sobre mi pierna.
Giré la vista, encontrándome a Yunho, parado en la entrada del baño, observándonos a nosotros dos, encimados ridículamente. Su expresión era seria y fría. A juzgar por su cara, y su forma de irse dando pisotones, deduje inmediatamente que él también había confundido la situación.
-“Ay, no!”- pensé en voz alta.
-“Si no seguimos a Junsu pronto, se va a perder! París es enorme! Pobre mi bebé, andando sólo por ahí…”- dijo Changmin en tono maternal.
-“Tengo una idea”- anunció Yoochun. ” Tú, Jae, ve con Yunho que te necesita. Max y yo iremos por Xiah”.
-“Ok”- asentí levantándome con dolor, y saliendo con dificultad por la puerta. Micky me seguía.
-“Espera Yoochun”- lo detuvo Mini. “Con respecto a tus intenciones con Junsu… veo que de verdad lo quieres, ¿no es así?”.
“Yo no lo quiero…yo lo amo!”- contestó el otro, muy seguro de sus palabras.
-“Pues bien, si es así…permito que te cases con él”.
-“¿En serio?! GRACIAS CHANGMIN! GRACIAS, GRACIAS!”- expresó contentísimo, abrazándolo con fuerza.
-“Ahora vamos por él ya mismo!”- ordenó Max. “Va a ser mejor que nos separemos para que sea más fácil encontrarlo”.
Posteriormente, Micky me contó que fue lo que sucedió con ellos mientras yo, por mi parte, iba tras Yunho:
Buscaron por todos lados, pero ni rastro de Xiah. Cansado, Yoochun se sentó en un banco de plaza. Un florista pasó delante de él.
De repente, la respuesta llegó a su mente.
-“Ya sé donde está!”- dijo chasqueando los dedos. Se levantó de un salto, acercándose al florista.
Al saber muy poco del idioma francés, Micky le señaló el ramo de rosas rojas que quería comprar.
-“Merci”- respondió cuando el vendedor se las entregó.
Pronto salió corriendo lo más rápido que pudo, cuadra tras cuadra, parque tras parque, empujando personas en el camino, hasta llegar a la Torre Eiffel, la cual brillaba deslumbrantemente en medio de la noche.
Yoochun subió velozmente con ascensor y escaleras hasta el último piso.
Xiah, estaba apoyado en uno de los barandales, mirando el horizonte, solo, sin poder parar de llorar.
-“Junsu!”- gritó Micky corriendo hacia él. “Mírame no es lo que piensas. Yo me incliné ante Changmin para pedirle tu mano”- se arrodilló delante de él. “Yo te amo, Kim Junsu. Siempre te he amado, desde el primer día en que te conocí”- Xiah estaba shockeado.
Yoochun apoyó el ramo de flores en el suelo, y sacó de su bolsillo una pequeña cajita.
-“Por favor, cásate conmigo”- le propuso abriendo el estuche, que contenía un sutil anillo de diamantes, el cual colocó en su dedo.
Junsu conmocionado, y sin decir una palabra, se agachó para besar a su ya prometido, y futuro esposo.
Sus labios se unieron tierna y delicadamente. Allí mismo, en el punto más alto de París, en medio de la noche mágica, sellaron su amor con el primero, de lo que serían miles de besos.
Siguiente capítulo
De repente, un niño tierno y tímido se me acercó sonriente”.
(*Flashback*)
-Hola, soy Kim Junsu, pero puedes decirme Su.
-¿Dónde estoy?
-En la cabaña de mi papá. Te encontramos en el bosque malherido y desmayado, así que decidimos traerte para curarte.
-¿En serio?
-Ajam. Toma, te preparé chocolate caliente.
-Oh!...Gracias.
-Por cierto, ¿cómo te llamas?
-Emm…Changmin, Shim Changmin.
-Lindo nombre, pero mejor te digo Mini, jijijiji
-Te ríes igual que un delfín, jajajajajajaja…
(*Fin flashback*)
-“Desde ese día, nunca más nos separamos. Estoy en deuda con Junsu. De no haber sido por él, quien sabe que me hubiera ocurrido. Aunque como verán, actualmente YO lo cuido y protejo del mundo, en forma de agradecimiento por salvarme la vida”.
Nos quedamos unos segundos en silencio para analizar la historia que acabábamos de oír.
-“Ahora entiendo todo!”- dijo Micky tocándose la frente.
-“Nuestra relación es como de hermanos, es todo. Ya te respondí tu pregunta. Ahora responde la mía. ¿Por qué debes decirme lo que sientes?”- preguntó intrigado.
Micky me miró, y le asentí con la cabeza como gesto de apoyo.
-“Yo Park Yoochun- confesó apoyando una rodilla en el suelo, hacia Max- le pido a usted, Shim Changmin…”- tomó su mano. El otro estaba ruborizado; obviamente se imaginaba cualquier cosa, menos lo que iba a ocurrir. “…que me entregue la mano de Junsu en matrimonio”.
-“¿Cómo dices?”- preguntó el otro confundidísimo.
Nadie se percató de que Xiah estaba entrando por la puerta del baño, pudiendo ver a Micky arrodillado delante de Changmin, tomados de las manos, y oyendo sus palabras:
“Mis intenciones son buenas, y mi amor es puro. No puedo callar más estos sentimientos que llevo guardados en mi corazón desde hace tanto tiempo…”
Pronto escuchamos un pequeño sollozo. Miramos hacia la entrada. Era Junsu, llorando más triste que nunca, empapado en lágrimas. Observó a Yoochun y a Changmin, y luego salió corriendo.
-“SU ESPERA! NO ES LO QUE PIENSAS!”- grité, persiguiéndolo.
Como un verdadero torpe, resbalé en el piso húmedo del baño, cayéndome encima de Micky, el cual terminó planchado en el suelo. Perecíamos dos niños jugando al twister. Nuestras piernas y brazos estaban todos enredados. Un desastre. A veces deseaba comprarme unos pies nuevos. Ya eran demasiadas las veces en mi vida que terminaba tirado como idiota.
Changmin, por suerte parado, se agarró la cabeza, preocupado.
-“Oh, no! Junsu ha confundido las cosas. Seguramente habrá pensado que Yoochun y yo…”
-“Debe estar tan enojado y confundido”- dije adolorido por la situación, y por el tremendo golpe que me había dado en la cintura.
-“Y no es el único…”- expresó Micky, mirando hacia la puerta, por sobre mi pierna.
Giré la vista, encontrándome a Yunho, parado en la entrada del baño, observándonos a nosotros dos, encimados ridículamente. Su expresión era seria y fría. A juzgar por su cara, y su forma de irse dando pisotones, deduje inmediatamente que él también había confundido la situación.
-“Ay, no!”- pensé en voz alta.
-“Si no seguimos a Junsu pronto, se va a perder! París es enorme! Pobre mi bebé, andando sólo por ahí…”- dijo Changmin en tono maternal.
-“Tengo una idea”- anunció Yoochun. ” Tú, Jae, ve con Yunho que te necesita. Max y yo iremos por Xiah”.
-“Ok”- asentí levantándome con dolor, y saliendo con dificultad por la puerta. Micky me seguía.
-“Espera Yoochun”- lo detuvo Mini. “Con respecto a tus intenciones con Junsu… veo que de verdad lo quieres, ¿no es así?”.
“Yo no lo quiero…yo lo amo!”- contestó el otro, muy seguro de sus palabras.
-“Pues bien, si es así…permito que te cases con él”.
-“¿En serio?! GRACIAS CHANGMIN! GRACIAS, GRACIAS!”- expresó contentísimo, abrazándolo con fuerza.
-“Ahora vamos por él ya mismo!”- ordenó Max. “Va a ser mejor que nos separemos para que sea más fácil encontrarlo”.
Posteriormente, Micky me contó que fue lo que sucedió con ellos mientras yo, por mi parte, iba tras Yunho:
Buscaron por todos lados, pero ni rastro de Xiah. Cansado, Yoochun se sentó en un banco de plaza. Un florista pasó delante de él.
De repente, la respuesta llegó a su mente.
-“Ya sé donde está!”- dijo chasqueando los dedos. Se levantó de un salto, acercándose al florista.
Al saber muy poco del idioma francés, Micky le señaló el ramo de rosas rojas que quería comprar.
-“Merci”- respondió cuando el vendedor se las entregó.
Pronto salió corriendo lo más rápido que pudo, cuadra tras cuadra, parque tras parque, empujando personas en el camino, hasta llegar a la Torre Eiffel, la cual brillaba deslumbrantemente en medio de la noche.
Yoochun subió velozmente con ascensor y escaleras hasta el último piso.
Xiah, estaba apoyado en uno de los barandales, mirando el horizonte, solo, sin poder parar de llorar.
-“Junsu!”- gritó Micky corriendo hacia él. “Mírame no es lo que piensas. Yo me incliné ante Changmin para pedirle tu mano”- se arrodilló delante de él. “Yo te amo, Kim Junsu. Siempre te he amado, desde el primer día en que te conocí”- Xiah estaba shockeado.
Yoochun apoyó el ramo de flores en el suelo, y sacó de su bolsillo una pequeña cajita.
-“Por favor, cásate conmigo”- le propuso abriendo el estuche, que contenía un sutil anillo de diamantes, el cual colocó en su dedo.
Junsu conmocionado, y sin decir una palabra, se agachó para besar a su ya prometido, y futuro esposo.
Sus labios se unieron tierna y delicadamente. Allí mismo, en el punto más alto de París, en medio de la noche mágica, sellaron su amor con el primero, de lo que serían miles de besos.
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jueves, 22 de abril de 2010
Capítulo 16: Bonjour París
Después de un largo viaje en avión, y emocionados por la idea de estar en otro país, llegamos a París. Vestidos con un look europeo, recorrimos las hermosas calles antiguas, con sus respectivas casas decoradas y talladas en bajo relieve.
Todo era muy distinto y exótico para nosotros que veníamos de una cultura completamente diferente. Nos gustó el cambio, y sobre todo que no nos reconocieran por la calle. Podíamos ser nosotros mismos, como niños, disfrutando de una experiencia nueva, lejos de Corea, lejos de Japón, lejos de todo. Excepto cuando las fastidiosas cámaras se acercaban a nosotros.
Por el arduo trabajo que habíamos estado realizando hasta entonces, no teníamos tiempo para el amor. Pero estando en París, era una gran oportunidad para demostrar que, a pesar del tiempo transcurrido, los sentimientos seguían intactos.
Cuando se hizo de noche, y fuimos al hotel, Yoochun y yo dormimos en la misma habitación, como ya estábamos acostumbrados, mientras que Junsu, Yunho y Changmin se encontraban en otra, al lado de la nuestra.
Para mí lo más lindo de un día agotador, era llegar al hotel, tirarme en la cama y charlar con mi Soulmate. Esa noche no fue la excepción.
-“Jae…estuve pensando mucho, y… decidí confesarle mis sentimientos a Junsu. ¿Qué opinas?”.
-“¿En serio? Que bueeeenoooo!”- respondí alegremente, arrojándome sobre él.
Quiero aclararle, padre, que para ese entonces la confianza entre los miembros de Dong Bang Shin Ki era absoluta, sobre todo con Micky, con el cual compartíamos hasta los calzoncillos!.
En fin, mejor continúo con mi historia.
-“¿Te acuerdas de esa charla que tuvimos en el estudio hace un largo tiempo atrás?”- me interrogó Yoochun. “No te olvidas de la promesa que me hiciste, ¿verdad?”.
Yo intentaba recordar.
-“Ah, sí!, que dije que le preguntaría a Changmin si era el novio de Junsu o no…¿cierto?”.
-“Exactamente. Pues bien, necesito que lo hagas mañana mismo”.
-“¿Mañana? ¿Tan pronto?”.
-“¿Pronto? Llevo largo tiempo callando mis sentimientos. Tú mismo sabes lo difícil que se han puesto las cosas; a mí con Junsu, y a ti con Yunho. Tú has podido comprobar que en muchas oportunidades, no pudimos ocultar nuestro amor en público. Siempre mendigamos un par de caricias inocentes, intentando que las fans no sospecharan nada y lo vieran como un juego. Pero se acabó!”- levantó el tono de voz-“Estamos en París por un motivo, queriendo cumplir un propósito: ser felices con las personas que amamos. ¿Me apoyas en esto, Hero?”.
Recapacité. Él tenía razón. No podíamos seguir huyendo de lo que sentíamos.
-“Cuenta conmigo”- le dije, palmeando su espalda.
Al día siguiente nos dirigimos a un restaurant típico francés. Probamos, entre otras cosas, caracoles, baguettes, y el mejor vino tinto.
En un momento Changmin se levantó la mesa.
-“Disculpen, voy al baño”- dijo levantándose. Yoochun me hizo una seña con la cabeza, para que lo siguiera.
-“Te acompaño”- me ofrecí. Le guiñé un ojo a Micky, mientras seguía a Max.
-“Qué lindo es París, ¿no Minie?”- hice una pregunta idiota para romper el hielo.
-“Oûi oûi”- respondió chistosamente, mientras se lavaba las manos.
-“Dicen que París es la ciudad del amor, ¿lo sabías?”.
-“Sí, creo que leí sobre eso en un libro”.
-“El ambiente tan romántico que se forma aquí es propicio para una relación, ¿no crees?”.
-“¿Acaso te me estás insinuando, Jae? Eres lindo y todo, pero… te considero solo un amigo”.
-“¡¿Qué?!”- dije sorprendido y asustado. Evidentemente no entendió lo que quise decir, o yo no me expliqué bien. “No, no es lo que estás pensando”- aclaré rápidamente. “Sólo creo que a Junsu y a ti les viene perfecto este viaje, ¿no es así?”.
-“Pues sí, la verdad. Hace mucho que no tomábamos vacaciones”.
Empecé a irritarme.
-“NO, CHANGMIN! Me refiero a que ustedes dos aprovechen para…ya sabes…”.
-“¿Qué cosa? ¿Caminar, descansar, comprar ropa? No entiendo, Jae”- dijo inocente.
-“AY, DIOS!”- me harté- “JUNSU Y TÚ, ¡¿SON NOVIOS?!”
-“¡¿Qué?! ¿Novios, Junsu y yo?... JAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJA”- se echó a reír como idiota.
Todo lo que me había preparado previamente para preguntarle de la manera más delicada, todo ese esfuerzo, ¿para qué? ¡¿Para que este grandulón de un metro noventa rompa en carcajadas, así como así?!
Bueno, de todas formas, me aliviaba saber que no eran pareja, y que tampoco se había ofendido con mi pregunta.
-“¿De dónde sacaste semejante estupidez?”- preguntó secándose las lágrimas de risa, y calmando su respiración.
-“Es que por la forma en que ustedes se tratan y son tan cercanos, creí que tenían un romance o algo por el estilo”.
-“JAJAJAJA…Ay, Jae! Tú y tu imaginación… La razón por la cual siempre estamos juntos es porque…”
Yoochun entró al baño de repente.
-“Oh, disculpen. ¿Interrumpo?”.
-“Noo, te parece, nomás”- contesté sarcástico e indignado.
-“Ahh, bueno, entonces me voy…”.
-“TÚ TE QUEDAS!”- dije tomándolo del brazo. “Esto te concierne a ti también”.
-“¿De qué estás hablando, Hero?”- preguntó Changmin, confundido.
-“Cuéntale, Micky. Dile lo que piensas, lo que sientes”- lo incité a confesar, empujándolo hacia Max.
-“¡¿Qué?! ¿Tú también te me insinúas? ¿Qué les pasa a todos hoy conmigo?”- Changmin evidentemente estaba perdido. Seguramente habían sido los caracoles que le volvían la mente más lenta.
-“¡¿Qué?! Nada que ver! Tú no me gustas!”- aclaró Yoochun, dando dos pasos hacia atrás.
-“Y entonces, ¿por qué debes decirme lo que sientes?”.
-“Antes de hacerlo, quisiera que respondieras una cosa…Junsu y tú, ¿son novios?”.
-“¿Otra vez? ¿Qué acaso es la pregunta del día?”- dijo Changmin irritado. “NO, no somos novios”.
-“Pero, ¿por qué son taaaan unidos?”- preguntó Micky intrigado.
-“Por la sencilla razón de que él es mi hijo”.
-“¡¿QUÉEEEEEEEEEEEEEE?!”- gritamos shockeadísimos.
-“JAJAJAJAJAJAJAJAJAJA”- Changmin no paraba de reír- “JAJAJAJA…hubieran visto sus caras JAJAJAJAJAJA”.
-“IDIOTA! Casi nos matas del susto!”.
-“Ay, chicos, por favor, estamos en París. Disfruten JAJAJAJAJA. Solo fue una pequeña bromita JAJAJAJAJA”.
-“Ya vas a ver cuando volvamos a Corea”- le advertí enojado.
-“Pero si no es tu hijo (obviamente que no), ¿qué relación tienen entre los dos?”- quiso saber Micky.
-“Bueno, les contaré. Después de todo, supongo que tienen derecho a saberlo…”
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Todo era muy distinto y exótico para nosotros que veníamos de una cultura completamente diferente. Nos gustó el cambio, y sobre todo que no nos reconocieran por la calle. Podíamos ser nosotros mismos, como niños, disfrutando de una experiencia nueva, lejos de Corea, lejos de Japón, lejos de todo. Excepto cuando las fastidiosas cámaras se acercaban a nosotros.
Por el arduo trabajo que habíamos estado realizando hasta entonces, no teníamos tiempo para el amor. Pero estando en París, era una gran oportunidad para demostrar que, a pesar del tiempo transcurrido, los sentimientos seguían intactos.
Cuando se hizo de noche, y fuimos al hotel, Yoochun y yo dormimos en la misma habitación, como ya estábamos acostumbrados, mientras que Junsu, Yunho y Changmin se encontraban en otra, al lado de la nuestra.
Para mí lo más lindo de un día agotador, era llegar al hotel, tirarme en la cama y charlar con mi Soulmate. Esa noche no fue la excepción.
-“Jae…estuve pensando mucho, y… decidí confesarle mis sentimientos a Junsu. ¿Qué opinas?”.
-“¿En serio? Que bueeeenoooo!”- respondí alegremente, arrojándome sobre él.
Quiero aclararle, padre, que para ese entonces la confianza entre los miembros de Dong Bang Shin Ki era absoluta, sobre todo con Micky, con el cual compartíamos hasta los calzoncillos!.
En fin, mejor continúo con mi historia.
-“¿Te acuerdas de esa charla que tuvimos en el estudio hace un largo tiempo atrás?”- me interrogó Yoochun. “No te olvidas de la promesa que me hiciste, ¿verdad?”.
Yo intentaba recordar.
-“Ah, sí!, que dije que le preguntaría a Changmin si era el novio de Junsu o no…¿cierto?”.
-“Exactamente. Pues bien, necesito que lo hagas mañana mismo”.
-“¿Mañana? ¿Tan pronto?”.
-“¿Pronto? Llevo largo tiempo callando mis sentimientos. Tú mismo sabes lo difícil que se han puesto las cosas; a mí con Junsu, y a ti con Yunho. Tú has podido comprobar que en muchas oportunidades, no pudimos ocultar nuestro amor en público. Siempre mendigamos un par de caricias inocentes, intentando que las fans no sospecharan nada y lo vieran como un juego. Pero se acabó!”- levantó el tono de voz-“Estamos en París por un motivo, queriendo cumplir un propósito: ser felices con las personas que amamos. ¿Me apoyas en esto, Hero?”.
Recapacité. Él tenía razón. No podíamos seguir huyendo de lo que sentíamos.
-“Cuenta conmigo”- le dije, palmeando su espalda.
Al día siguiente nos dirigimos a un restaurant típico francés. Probamos, entre otras cosas, caracoles, baguettes, y el mejor vino tinto.
En un momento Changmin se levantó la mesa.
-“Disculpen, voy al baño”- dijo levantándose. Yoochun me hizo una seña con la cabeza, para que lo siguiera.
-“Te acompaño”- me ofrecí. Le guiñé un ojo a Micky, mientras seguía a Max.
-“Qué lindo es París, ¿no Minie?”- hice una pregunta idiota para romper el hielo.
-“Oûi oûi”- respondió chistosamente, mientras se lavaba las manos.
-“Dicen que París es la ciudad del amor, ¿lo sabías?”.
-“Sí, creo que leí sobre eso en un libro”.
-“El ambiente tan romántico que se forma aquí es propicio para una relación, ¿no crees?”.
-“¿Acaso te me estás insinuando, Jae? Eres lindo y todo, pero… te considero solo un amigo”.
-“¡¿Qué?!”- dije sorprendido y asustado. Evidentemente no entendió lo que quise decir, o yo no me expliqué bien. “No, no es lo que estás pensando”- aclaré rápidamente. “Sólo creo que a Junsu y a ti les viene perfecto este viaje, ¿no es así?”.
-“Pues sí, la verdad. Hace mucho que no tomábamos vacaciones”.
Empecé a irritarme.
-“NO, CHANGMIN! Me refiero a que ustedes dos aprovechen para…ya sabes…”.
-“¿Qué cosa? ¿Caminar, descansar, comprar ropa? No entiendo, Jae”- dijo inocente.
-“AY, DIOS!”- me harté- “JUNSU Y TÚ, ¡¿SON NOVIOS?!”
-“¡¿Qué?! ¿Novios, Junsu y yo?... JAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJA”- se echó a reír como idiota.
Todo lo que me había preparado previamente para preguntarle de la manera más delicada, todo ese esfuerzo, ¿para qué? ¡¿Para que este grandulón de un metro noventa rompa en carcajadas, así como así?!
Bueno, de todas formas, me aliviaba saber que no eran pareja, y que tampoco se había ofendido con mi pregunta.
-“¿De dónde sacaste semejante estupidez?”- preguntó secándose las lágrimas de risa, y calmando su respiración.
-“Es que por la forma en que ustedes se tratan y son tan cercanos, creí que tenían un romance o algo por el estilo”.
-“JAJAJAJA…Ay, Jae! Tú y tu imaginación… La razón por la cual siempre estamos juntos es porque…”
Yoochun entró al baño de repente.
-“Oh, disculpen. ¿Interrumpo?”.
-“Noo, te parece, nomás”- contesté sarcástico e indignado.
-“Ahh, bueno, entonces me voy…”.
-“TÚ TE QUEDAS!”- dije tomándolo del brazo. “Esto te concierne a ti también”.
-“¿De qué estás hablando, Hero?”- preguntó Changmin, confundido.
-“Cuéntale, Micky. Dile lo que piensas, lo que sientes”- lo incité a confesar, empujándolo hacia Max.
-“¡¿Qué?! ¿Tú también te me insinúas? ¿Qué les pasa a todos hoy conmigo?”- Changmin evidentemente estaba perdido. Seguramente habían sido los caracoles que le volvían la mente más lenta.
-“¡¿Qué?! Nada que ver! Tú no me gustas!”- aclaró Yoochun, dando dos pasos hacia atrás.
-“Y entonces, ¿por qué debes decirme lo que sientes?”.
-“Antes de hacerlo, quisiera que respondieras una cosa…Junsu y tú, ¿son novios?”.
-“¿Otra vez? ¿Qué acaso es la pregunta del día?”- dijo Changmin irritado. “NO, no somos novios”.
-“Pero, ¿por qué son taaaan unidos?”- preguntó Micky intrigado.
-“Por la sencilla razón de que él es mi hijo”.
-“¡¿QUÉEEEEEEEEEEEEEE?!”- gritamos shockeadísimos.
-“JAJAJAJAJAJAJAJAJAJA”- Changmin no paraba de reír- “JAJAJAJA…hubieran visto sus caras JAJAJAJAJAJA”.
-“IDIOTA! Casi nos matas del susto!”.
-“Ay, chicos, por favor, estamos en París. Disfruten JAJAJAJAJA. Solo fue una pequeña bromita JAJAJAJAJA”.
-“Ya vas a ver cuando volvamos a Corea”- le advertí enojado.
-“Pero si no es tu hijo (obviamente que no), ¿qué relación tienen entre los dos?”- quiso saber Micky.
-“Bueno, les contaré. Después de todo, supongo que tienen derecho a saberlo…”
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sábado, 17 de abril de 2010
Capítulo 15: Los dioses nacientes del Este
Nunca me sentí tan nervioso, ansioso y triste al mismo tiempo.
-“Jung Yunho!”.
Al escuchar su nombre se puso tan contento, que un par de lágrimas brotaron de sus ojos. Luego las limpió rápidamente. Nosotros cuatro lo abrazamos al instante. Después se arrimó a los miembros del jurado, a unos metros enfrente de nosotros.
-“El segundo es…Kim Junsu!”- saltó feliz de la alegría y corrió a abrazar a Yunho fuertemente.
Evidentemente estaba contento porque al menos uno de sus amigos integraba el mismo grupo que él. Realmente me sentí bien por ellos. El resto de la clase aplaudía un poco desalentada.
-“Park Yoochun!”- éste se tiró al piso al enterarse de que había sido seleccionado.
Seguido de eso, Junsu fue a abrazarlo con una gran sonrisa, haciendo que se estremeciera. No lo podían creer. Micky ya estaba adentro del grupo.
Faltaban dos para completar la banda. Me sentí asustado y preocupado al igual que Changmin. Ambos nos tomamos fuertemente de las manos, intentando no frustrarnos, mientras mirábamos a nuestros tres compañeros a unos pasos, que para mí eran kilómetros. Quería tenerlos más cerca. Los necesitaba en ese momento.
Junsu estaba muy aflijido, ya que no le cabía la idea de separarse de Changmin. Por su parte, Yunho me miraba fijamente. Sus ojos tristes lo decían todo.
-“Shim Changmin!”- corrió al encuentro de Su, y lo apretó con todas sus fuerzas, muy emocionado.
Se sentía aliviado de no perder a su niñito tan querido. Ambos daban pequeños brincos, a los que se unió Yoochun. Yunho permaneció estático, mirándome seriamente.
-“Y el último postulante que va a pertenecer a la banda es…”
Realmente no estaba confiado en que me eligieran. Sería demasiada suerte que estemos los cinco juntos. A parte, mis compañeros eran mucho mejores que yo. Por eso una angustia tremenda recorrió mi pecho, cavando un agujero muy profundo dentro de mi corazón.
- “…Kim…”
Todavía no estaba convencido, ya que éramos tres los que quedábamos con ese nombre, sin contar a Junsu. En ese momento, odié que la forma de llamarme fuera tan corriente. Una incertidumbre horrible invadió mis pensamientos, haciéndome temblar.
-“…Jaejoong!”
Antes de que pudiera darme cuenta, Yunho estaba rodeándome con sus fuertes brazos. Lo siguieron Junsu pegando brincos, Changmin corriendo emocionado, y Yoochun que me alzó de repente. Yunho, esa vez, festejó con él, y no se quejó.
Luego, contentísimos, empezamos a dar vueltas en una ronda, abrazados.
Los cinco restantes nos aplaudieron honestamente, porque a pesar de todo, ellos serían un grupo muy popular en el futuro.
-“He aquí a Dong Bang Shin Ki”- dijo uno de los jurados. Ese sería el nombre de nuestra banda.
Con el correr del tiempo, comenzamos a grabar canciones, realizar producciones fotográficas y cambios de look.
Nos dijeron que pensáramos en un nombre, algo así como un apodo, que quedaría para siempre en nuestras carreras.
Junsu se puso ‘Xiah’, es decir ‘Asia’, ya que conquistar ese continente es su anhelo más profundo. Yunho se autonombró ‘Uknow’, es decir ‘tú sabes’ en inglés, ya que ambos suenan muy parecidos. Changmin eligió ‘Max’, algo así como el mejor. Yoochun decidió dejarse Micky, el nombre que había recibido en Estados Unidos, y que a su vez significaba ‘arma oculta’. Yo por mi parte hice memoria, ya que unos años atrás una adivina me había nombrado ‘héroe’. Pero para darle más estilo internacional, decidí cambiarlo por ‘Hero’.
Pronto nos hicimos famosos en Corea. Al cabo de unos meses abarcaríamos Japón, China y Taiwán, entre otros.
Todo pasaba tan rápido, que ni nos dábamos cuenta.
Firmábamos autógrafos por doquier. Nos llamaban de todos los programas, desesperados porque fuéramos. Giras y giras de recitales. Más cambios de look. Merchandising con nuestros rostros. Propagandas, comerciales, carteles gigantes por la calle.
Éramos felices con lo que hacíamos, y nos gustaba mucho ser reconocidos a nivel nacional e internacional.
Pero llegó un momento en el que no teníamos tiempo, ni siquiera de dormir. Vivíamos para trabajar, y no al contrario como debería ser. Estábamos agotados. Habíamos dejado de lado nuestras vidas.
Entonces fue cuando la compañía decidió enviarnos a París, Francia, supuestamente a descansar. En realidad, aprovecharían los estupendos paisajes parisinos para realizar una producción fotográfica y filmográfica.
Aceptamos la propuesta sin tener otra opción.
Después de todo, un cambio de ambiente no nos vendría mal, sobre todo porque París es conocida como la ciudad del amor…
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-“Jung Yunho!”.
Al escuchar su nombre se puso tan contento, que un par de lágrimas brotaron de sus ojos. Luego las limpió rápidamente. Nosotros cuatro lo abrazamos al instante. Después se arrimó a los miembros del jurado, a unos metros enfrente de nosotros.
-“El segundo es…Kim Junsu!”- saltó feliz de la alegría y corrió a abrazar a Yunho fuertemente.
Evidentemente estaba contento porque al menos uno de sus amigos integraba el mismo grupo que él. Realmente me sentí bien por ellos. El resto de la clase aplaudía un poco desalentada.
-“Park Yoochun!”- éste se tiró al piso al enterarse de que había sido seleccionado.
Seguido de eso, Junsu fue a abrazarlo con una gran sonrisa, haciendo que se estremeciera. No lo podían creer. Micky ya estaba adentro del grupo.
Faltaban dos para completar la banda. Me sentí asustado y preocupado al igual que Changmin. Ambos nos tomamos fuertemente de las manos, intentando no frustrarnos, mientras mirábamos a nuestros tres compañeros a unos pasos, que para mí eran kilómetros. Quería tenerlos más cerca. Los necesitaba en ese momento.
Junsu estaba muy aflijido, ya que no le cabía la idea de separarse de Changmin. Por su parte, Yunho me miraba fijamente. Sus ojos tristes lo decían todo.
-“Shim Changmin!”- corrió al encuentro de Su, y lo apretó con todas sus fuerzas, muy emocionado.
Se sentía aliviado de no perder a su niñito tan querido. Ambos daban pequeños brincos, a los que se unió Yoochun. Yunho permaneció estático, mirándome seriamente.
-“Y el último postulante que va a pertenecer a la banda es…”
Realmente no estaba confiado en que me eligieran. Sería demasiada suerte que estemos los cinco juntos. A parte, mis compañeros eran mucho mejores que yo. Por eso una angustia tremenda recorrió mi pecho, cavando un agujero muy profundo dentro de mi corazón.
- “…Kim…”
Todavía no estaba convencido, ya que éramos tres los que quedábamos con ese nombre, sin contar a Junsu. En ese momento, odié que la forma de llamarme fuera tan corriente. Una incertidumbre horrible invadió mis pensamientos, haciéndome temblar.
-“…Jaejoong!”
Antes de que pudiera darme cuenta, Yunho estaba rodeándome con sus fuertes brazos. Lo siguieron Junsu pegando brincos, Changmin corriendo emocionado, y Yoochun que me alzó de repente. Yunho, esa vez, festejó con él, y no se quejó.
Luego, contentísimos, empezamos a dar vueltas en una ronda, abrazados.
Los cinco restantes nos aplaudieron honestamente, porque a pesar de todo, ellos serían un grupo muy popular en el futuro.
-“He aquí a Dong Bang Shin Ki”- dijo uno de los jurados. Ese sería el nombre de nuestra banda.
Con el correr del tiempo, comenzamos a grabar canciones, realizar producciones fotográficas y cambios de look.
Nos dijeron que pensáramos en un nombre, algo así como un apodo, que quedaría para siempre en nuestras carreras.
Junsu se puso ‘Xiah’, es decir ‘Asia’, ya que conquistar ese continente es su anhelo más profundo. Yunho se autonombró ‘Uknow’, es decir ‘tú sabes’ en inglés, ya que ambos suenan muy parecidos. Changmin eligió ‘Max’, algo así como el mejor. Yoochun decidió dejarse Micky, el nombre que había recibido en Estados Unidos, y que a su vez significaba ‘arma oculta’. Yo por mi parte hice memoria, ya que unos años atrás una adivina me había nombrado ‘héroe’. Pero para darle más estilo internacional, decidí cambiarlo por ‘Hero’.
Pronto nos hicimos famosos en Corea. Al cabo de unos meses abarcaríamos Japón, China y Taiwán, entre otros.
Todo pasaba tan rápido, que ni nos dábamos cuenta.
Firmábamos autógrafos por doquier. Nos llamaban de todos los programas, desesperados porque fuéramos. Giras y giras de recitales. Más cambios de look. Merchandising con nuestros rostros. Propagandas, comerciales, carteles gigantes por la calle.
Éramos felices con lo que hacíamos, y nos gustaba mucho ser reconocidos a nivel nacional e internacional.
Pero llegó un momento en el que no teníamos tiempo, ni siquiera de dormir. Vivíamos para trabajar, y no al contrario como debería ser. Estábamos agotados. Habíamos dejado de lado nuestras vidas.
Entonces fue cuando la compañía decidió enviarnos a París, Francia, supuestamente a descansar. En realidad, aprovecharían los estupendos paisajes parisinos para realizar una producción fotográfica y filmográfica.
Aceptamos la propuesta sin tener otra opción.
Después de todo, un cambio de ambiente no nos vendría mal, sobre todo porque París es conocida como la ciudad del amor…
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jueves, 15 de abril de 2010
Capítulo 14: La selección (parte dos)
Llegamos al salón. Por suerte para nosotros no habían empezado todavía. Nuestros tres amigos estaban sentados en un rincón. Noté que Yunho nos vio entrar juntos. No pudo disimular su cara fastidiada, mientras que Junsu nos miraba algo sorprendido, y a la vez triste. Changmin, por su parte, estaba mirándolo a él y a Yoochun, receloso.
Para usted, padre, seguramente esta imagen le parezca cómica, pero para mí esa situación me resultaba más que incómoda.
Por suerte me salvó la campana justo a tiempo.
-“Les pedimos a los diez finalistas que se acerquen, por favor”.
Sentí un alivio muy grande.
-“Escuchen. Vamos a realizar las divisiones y selección de los grupos. Uno de ellos será el principal, y el otro se destinará para proyectos futuros de la compañía”.
-“¿Selección?”- dijo Changmin un tanto asustado.
-“¿División?”- comentó Junsu triste.
-“Así es”- respondió el jurado. “Haremos pruebas, mezclándolos al azar, para ver cuanta afinidad tienen entre ustedes. Luego decidiremos e informaremos el perfil de cada uno, y del grupo en general.
Por favor, colóquense a mi izquierda en una fila: Choi Minho, Kim Junsu, Lee Taemin, Kim Kibum y Jung Yunho. Al resto, les pido, fórmense a mi derecha”.
Mis cuatro amigos y yo teníamos caras infelices y preocupadas. No queríamos que nos separen.
-“Escuchen, éste es el plan”- nos susurró Changmin. “Intenten ser lo más obvios que puedan. Demostraremos que somos buenos solamente cuando estamos juntos. Traten de que el jurado se dé cuenta, pero sin sospechar que lo estamos tramando. Den lo mejor de ustedes”- unimos nuestras manos en el centro de la ronda, y luego nos dispersamos.
Durante horas pasamos por decenas de grupos distintos, mezclándonos todos con todos. Inventamos coreografías; improvisamos en baile y canto; incluso montamos una pequeña escena teatral. Los cinco llevamos a cabo el plan durante todas las pruebas
Al finalizar los ejercicios, esperamos un rato para descansar, y luego escuchar la decisión del jurado. Nosotros cinco nos reunimos a un costado abrazados.
-“Óiganme”-dijo Yoochun-“Pase lo que pase, nos toque con quien nos toque, SIEMPRE seremos amigos”.
Changmin emocionado, se largó a llorar, y para su sorpresa a Micky le prestó su hombro para descargarse. El otro, dejando por primera vez su orgullo de lado, cedió a su ofrecimiento, apoyando su cabeza en su pecho y mojando de lágrimas su camisa. Al verlos, Junsu sonrió.
Yunho me abrazó de la cintura con fuerza, mientras que mis brazos rodeaban su cuello. Pude sentir su corazón acelerado retumbando contra el mío. Ambos estábamos angustiados. El día anterior nos habíamos dado nuestro primer beso, el cual nos unió. Pero ahora estaba la posibilidad de que nos separen. Encima que yo todavía no le había confesado mis sentimientos.
Tampoco me gustaba la idea de separarme de mis amigos, a quienes ya había empezado a querer, y acostumbrado a su presencia diaria e infaltable.
Al pensar en toda esa penosa situación, cerré los ojos, abrazando aún más fuerte a Yunho.
-“Vengan, por favor. Daremos a conocer el veredicto final”- anunció uno de los jurados en voz alta.
Pronto nos arrimamos a escuchar la noticia, tomados de las manos, y con los ojos llorosos.
-“El primer integrante de la banda es…”.
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Para usted, padre, seguramente esta imagen le parezca cómica, pero para mí esa situación me resultaba más que incómoda.
Por suerte me salvó la campana justo a tiempo.
-“Les pedimos a los diez finalistas que se acerquen, por favor”.
Sentí un alivio muy grande.
-“Escuchen. Vamos a realizar las divisiones y selección de los grupos. Uno de ellos será el principal, y el otro se destinará para proyectos futuros de la compañía”.
-“¿Selección?”- dijo Changmin un tanto asustado.
-“¿División?”- comentó Junsu triste.
-“Así es”- respondió el jurado. “Haremos pruebas, mezclándolos al azar, para ver cuanta afinidad tienen entre ustedes. Luego decidiremos e informaremos el perfil de cada uno, y del grupo en general.
Por favor, colóquense a mi izquierda en una fila: Choi Minho, Kim Junsu, Lee Taemin, Kim Kibum y Jung Yunho. Al resto, les pido, fórmense a mi derecha”.
Mis cuatro amigos y yo teníamos caras infelices y preocupadas. No queríamos que nos separen.
-“Escuchen, éste es el plan”- nos susurró Changmin. “Intenten ser lo más obvios que puedan. Demostraremos que somos buenos solamente cuando estamos juntos. Traten de que el jurado se dé cuenta, pero sin sospechar que lo estamos tramando. Den lo mejor de ustedes”- unimos nuestras manos en el centro de la ronda, y luego nos dispersamos.
Durante horas pasamos por decenas de grupos distintos, mezclándonos todos con todos. Inventamos coreografías; improvisamos en baile y canto; incluso montamos una pequeña escena teatral. Los cinco llevamos a cabo el plan durante todas las pruebas
Al finalizar los ejercicios, esperamos un rato para descansar, y luego escuchar la decisión del jurado. Nosotros cinco nos reunimos a un costado abrazados.
-“Óiganme”-dijo Yoochun-“Pase lo que pase, nos toque con quien nos toque, SIEMPRE seremos amigos”.
Changmin emocionado, se largó a llorar, y para su sorpresa a Micky le prestó su hombro para descargarse. El otro, dejando por primera vez su orgullo de lado, cedió a su ofrecimiento, apoyando su cabeza en su pecho y mojando de lágrimas su camisa. Al verlos, Junsu sonrió.
Yunho me abrazó de la cintura con fuerza, mientras que mis brazos rodeaban su cuello. Pude sentir su corazón acelerado retumbando contra el mío. Ambos estábamos angustiados. El día anterior nos habíamos dado nuestro primer beso, el cual nos unió. Pero ahora estaba la posibilidad de que nos separen. Encima que yo todavía no le había confesado mis sentimientos.
Tampoco me gustaba la idea de separarme de mis amigos, a quienes ya había empezado a querer, y acostumbrado a su presencia diaria e infaltable.
Al pensar en toda esa penosa situación, cerré los ojos, abrazando aún más fuerte a Yunho.
-“Vengan, por favor. Daremos a conocer el veredicto final”- anunció uno de los jurados en voz alta.
Pronto nos arrimamos a escuchar la noticia, tomados de las manos, y con los ojos llorosos.
-“El primer integrante de la banda es…”.
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miércoles, 14 de abril de 2010
Capítulo 13: Soulmate
Era Micky, que tocaba en un piano de cola negro, una canción sin letra, la cual nunca había escuchado antes. Entré lentamente para no cortar su inspiración, pero fue inútil, ya que al instante se percató de mi presencia. Se detuvo y me miró.
-“Lo siento, no quería interrumpirte”- dije apenado. “Por favor, continúa”.
Me sonrió un poco avergonzado, y siguió tocando. La luz que provenía de la ventana detrás de él, y la imagen romántica que tenía en ese momento, fue algo mágico.
-“Tocas maravillosamente”- le hice saber cuando finalizó.
-“Gracias. Yo mismo la compuse”.
-“¿En serio? ¿Y pensando en quién?”- pregunté bromeando.
Suspiró melancólicamente y agachó la cabeza mirando hacia el piano.
-“Hey! ¿Qué te sucede?”- dije preocupado, mientras me sentaba a su lado.
-“Es que…yo…”- suspiró nuevamente-“…yo la escribí para Junsu”.
-“¿Qué? ¿Para Junsu?”- quedé sorprendido. “Micky, ¿acaso te gusta?”.
-“No me gusta. Estoy totalmente enamorado de él”- confesó tapándose la cara.
-“Pero, ¿por qué te avergüenzas? Tú mismo me dijiste que el amor es algo hermoso, y que hay que expresarlo al ser que quieres”.
-“Sí, es verdad, pero sólo si esa persona es correspondida”- su tono era débil y triste.
-“¿Por qué piensas que Junsu es no correspondido?”- pregunté confundido.
-“¿Y todavía me lo preguntas? Es obvio, porque él y Changmin…”- se largó a llorar encima del piano.
-“¿Qué? No seas tonto!”- acaricié su espalda. “Ellos no son pareja”.
-“Ah, ¿no?”- levantó su rostro empapado en lágrimas.
-“No, Micky!”- contesté sonriendo, mientras le secaba los ojos con mi sweater.
-“¿Y cómo estás tan seguro? ¿Acaso se los has preguntado?”.
-“Pues…no, pero…realmente no creo que ellos sean novios”.
Para ser sincero, yo todavía tenía mis dudas sobre ellos, pero en ese momento intenté consolar a Yoochun, pareciendo lo más seguro posible.
-“¿Por qué no le cuentas a Junsu lo que sientes por él?”
-“Emm…no sé…me da vergüenza. Imagínate si me rechaza!”.
-“No creo que eso pase”- le di esperanzas.
-“¿Por qué lo dices?”.
-“Porque creo que a Junsu también le gustas”. Su rostro se iluminó.
-“¿En serio?...Pero de todas formas, aún no estoy seguro de si él y Changmin están juntos...Ya sé! Tú puedes preguntarles si son pareja o no. Sólo así accederé a confesarle mi amor a Junsu”.
-“¿Qué? ¿Yo? No puedo hacer eso!”- dije incomodísimo. “Imagínate como me mirarían!”. Pronto se me cruzó una imagen mental de sus caras ofendidas.
-“Por favor, Jae. Te lo ruego. Ayúdame, como amigo, por favor!”.
-“Ay Dios!...Está bien, les voy a preguntar”- acepté rendido.
-“Gracias, gracias, gracias mi Soulmate”- me abrazó contento.
-“¿Soul… qué?”.
-“Soulmate, es decir, alma gemela”- explicó riendo.
-“Ah, ya entiendo! Pero…¿por qué me llamas así?”.
-“Porque te considero una gran parte de mí, sin la cual no puedo estar. Y a pesar de que venimos de mundos completamente diferentes, siento que somos casi iguales en muchas cosas. Nos potenciamos y conectamos perfectamente”-tocó mi hombro. Sus palabras me llegaron al corazón.
-“Yoochun, me siento muy cómodo y feliz estando a tu lado”- respondí abrazándolo.
Quedamos así un par de minutos, sin decir absolutamente nada.
-“Te quiero, Jae”.
-“Yo también Micky”- lo miré a los ojos con una sonrisa. “Va a ser mejor que volvamos, o si no van a comenzar sin nosotros”.
-“Está bien, vamos”- asintió, mientras nos levantábamos de la silla, alejándonos del piano.
Salimos llenos y felices, caminando abrazados.
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-“Lo siento, no quería interrumpirte”- dije apenado. “Por favor, continúa”.
Me sonrió un poco avergonzado, y siguió tocando. La luz que provenía de la ventana detrás de él, y la imagen romántica que tenía en ese momento, fue algo mágico.
-“Tocas maravillosamente”- le hice saber cuando finalizó.
-“Gracias. Yo mismo la compuse”.
-“¿En serio? ¿Y pensando en quién?”- pregunté bromeando.
Suspiró melancólicamente y agachó la cabeza mirando hacia el piano.
-“Hey! ¿Qué te sucede?”- dije preocupado, mientras me sentaba a su lado.
-“Es que…yo…”- suspiró nuevamente-“…yo la escribí para Junsu”.
-“¿Qué? ¿Para Junsu?”- quedé sorprendido. “Micky, ¿acaso te gusta?”.
-“No me gusta. Estoy totalmente enamorado de él”- confesó tapándose la cara.
-“Pero, ¿por qué te avergüenzas? Tú mismo me dijiste que el amor es algo hermoso, y que hay que expresarlo al ser que quieres”.
-“Sí, es verdad, pero sólo si esa persona es correspondida”- su tono era débil y triste.
-“¿Por qué piensas que Junsu es no correspondido?”- pregunté confundido.
-“¿Y todavía me lo preguntas? Es obvio, porque él y Changmin…”- se largó a llorar encima del piano.
-“¿Qué? No seas tonto!”- acaricié su espalda. “Ellos no son pareja”.
-“Ah, ¿no?”- levantó su rostro empapado en lágrimas.
-“No, Micky!”- contesté sonriendo, mientras le secaba los ojos con mi sweater.
-“¿Y cómo estás tan seguro? ¿Acaso se los has preguntado?”.
-“Pues…no, pero…realmente no creo que ellos sean novios”.
Para ser sincero, yo todavía tenía mis dudas sobre ellos, pero en ese momento intenté consolar a Yoochun, pareciendo lo más seguro posible.
-“¿Por qué no le cuentas a Junsu lo que sientes por él?”
-“Emm…no sé…me da vergüenza. Imagínate si me rechaza!”.
-“No creo que eso pase”- le di esperanzas.
-“¿Por qué lo dices?”.
-“Porque creo que a Junsu también le gustas”. Su rostro se iluminó.
-“¿En serio?...Pero de todas formas, aún no estoy seguro de si él y Changmin están juntos...Ya sé! Tú puedes preguntarles si son pareja o no. Sólo así accederé a confesarle mi amor a Junsu”.
-“¿Qué? ¿Yo? No puedo hacer eso!”- dije incomodísimo. “Imagínate como me mirarían!”. Pronto se me cruzó una imagen mental de sus caras ofendidas.
-“Por favor, Jae. Te lo ruego. Ayúdame, como amigo, por favor!”.
-“Ay Dios!...Está bien, les voy a preguntar”- acepté rendido.
-“Gracias, gracias, gracias mi Soulmate”- me abrazó contento.
-“¿Soul… qué?”.
-“Soulmate, es decir, alma gemela”- explicó riendo.
-“Ah, ya entiendo! Pero…¿por qué me llamas así?”.
-“Porque te considero una gran parte de mí, sin la cual no puedo estar. Y a pesar de que venimos de mundos completamente diferentes, siento que somos casi iguales en muchas cosas. Nos potenciamos y conectamos perfectamente”-tocó mi hombro. Sus palabras me llegaron al corazón.
-“Yoochun, me siento muy cómodo y feliz estando a tu lado”- respondí abrazándolo.
Quedamos así un par de minutos, sin decir absolutamente nada.
-“Te quiero, Jae”.
-“Yo también Micky”- lo miré a los ojos con una sonrisa. “Va a ser mejor que volvamos, o si no van a comenzar sin nosotros”.
-“Está bien, vamos”- asintió, mientras nos levantábamos de la silla, alejándonos del piano.
Salimos llenos y felices, caminando abrazados.
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Capítulo 12: La selección (parte uno)
Cuando desperté, sentí una gran paz y tranquilidad, hasta que Junsu entró en mi cuarto a fastidiarme.
-“Arriba, Jaeee! Levántate que hoy es la selección!”- gritaba golpeándome con una almohada.
Era irritante, pero ese día (y por suerte para él) me encontraba de buen humor. Así que lo tomé del brazo, y lo lancé contra la cama. Me apoyé encima de él, y empecé a hacerle cosquillas. Ambos no parábamos de reír.
-“Jae, por fav…jajajajajajaja…detente…jajajajaja…”.
Era realmente un niño, pero fue una buena forma de comenzar la mañana.
Luego bajamos a la cocina. Un delicioso desayuno americano preparado por Yoochun, estaba servido.
-“Good morning my friends! Espero que les guste”.
Junsu dibujó una sonrisa de oreja a oreja, y rápidamente se arrimó a la mesada de la cocina. Devoró todo con tal rapidez, que apenas pude parpadear. Sus expresiones eran de placer al degustar cada cosa.
-“Bon Appétit”- dijo Micky, acercándome una silla.
-“Gracias…mmmm, riquísimo”- comenté después de saborear el tocino.
-“Thank you”- respondió contento.
Pronto Changmin bajó del cuarto.
-“¿Qué es ese olor?”- preguntó caminando hasta la cocina.
-“Yoochun preparó el desayuno!”- dijo Junsu alegremente con la boca llena.
-“No hacía falta que lo hicieras”- expresó el otro, enojado.
-“Come on Changmin! Es una forma de agradecerles que me hayan invitado. Come here, baby. Prueba un poco de papas”- intentó ser lo más agradable posible.
Changmin se sentó de mala gana y comió. Su expresión cambió por completo.
-“¿Y? ¿Qué tal está?”- preguntó Micky.
-“Bastante…bueno”- respondió el otro en voz baja y avergonzado.
Junsu y yo nos miramos cómplices, riéndonos.
Al terminar salimos rápidamente para el estudio. Cuando llegamos al salón, noté que Yunho se me acercó sonriendo.
-“Jaejoong, qué bueno verte!”
-“Escucha Yunho, yo…”- de repente fui interrumpido por uno de los miembros del jurado.
-“Acérquense. Vamos a designar a los finalistas”- anunció.
-“Después hablamos”-le dije a Yunho.
Ansiosos por conocer los resultados, todos nos amontonamos cerca del jurado, que empezó a nombrar uno por uno los seleccionados.
-“Los que han pasado a la final son: Park Yoochun, Kim Jonghyun, Kim Jaejoong, Kim Kibum, Kim Junsu, Lee Taemin, Lee Jinki, Shim Changmin, Choi Minho, Jung Yunho.
Esos son todos. Felicitaciones, y suerte a los que hasta aquí han llegado”.
Al enterarme de que mis amigos y yo habíamos quedado, me puse tan feliz que los abracé. Yunho me tomó con sus tiernos brazos. Junsu saltaba de la alegría, mientras Changmin lo calmaba, a pesar de que no podía evitar sentirse de la misma forma. Micky, por su parte, sonreía confiado.
-“Tómense media hora para descansar, y prepárense”- nos dijo el jurado a los diez. Pronto nos dispersamos.
Noté que Yoochun salió rápidamente. Preocupado, decidí seguirlo, pero en el camino lo perdí. Pregunté a los empleados del lugar si lo habían visto. Ellos me indicaron el pasillo que llevaba al salón de música.
De repente, oí una suave y delicada melodía, que me incitó a abrir la puerta.
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-“Arriba, Jaeee! Levántate que hoy es la selección!”- gritaba golpeándome con una almohada.
Era irritante, pero ese día (y por suerte para él) me encontraba de buen humor. Así que lo tomé del brazo, y lo lancé contra la cama. Me apoyé encima de él, y empecé a hacerle cosquillas. Ambos no parábamos de reír.
-“Jae, por fav…jajajajajajaja…detente…jajajajaja…”.
Era realmente un niño, pero fue una buena forma de comenzar la mañana.
Luego bajamos a la cocina. Un delicioso desayuno americano preparado por Yoochun, estaba servido.
-“Good morning my friends! Espero que les guste”.
Junsu dibujó una sonrisa de oreja a oreja, y rápidamente se arrimó a la mesada de la cocina. Devoró todo con tal rapidez, que apenas pude parpadear. Sus expresiones eran de placer al degustar cada cosa.
-“Bon Appétit”- dijo Micky, acercándome una silla.
-“Gracias…mmmm, riquísimo”- comenté después de saborear el tocino.
-“Thank you”- respondió contento.
Pronto Changmin bajó del cuarto.
-“¿Qué es ese olor?”- preguntó caminando hasta la cocina.
-“Yoochun preparó el desayuno!”- dijo Junsu alegremente con la boca llena.
-“No hacía falta que lo hicieras”- expresó el otro, enojado.
-“Come on Changmin! Es una forma de agradecerles que me hayan invitado. Come here, baby. Prueba un poco de papas”- intentó ser lo más agradable posible.
Changmin se sentó de mala gana y comió. Su expresión cambió por completo.
-“¿Y? ¿Qué tal está?”- preguntó Micky.
-“Bastante…bueno”- respondió el otro en voz baja y avergonzado.
Junsu y yo nos miramos cómplices, riéndonos.
Al terminar salimos rápidamente para el estudio. Cuando llegamos al salón, noté que Yunho se me acercó sonriendo.
-“Jaejoong, qué bueno verte!”
-“Escucha Yunho, yo…”- de repente fui interrumpido por uno de los miembros del jurado.
-“Acérquense. Vamos a designar a los finalistas”- anunció.
-“Después hablamos”-le dije a Yunho.
Ansiosos por conocer los resultados, todos nos amontonamos cerca del jurado, que empezó a nombrar uno por uno los seleccionados.
-“Los que han pasado a la final son: Park Yoochun, Kim Jonghyun, Kim Jaejoong, Kim Kibum, Kim Junsu, Lee Taemin, Lee Jinki, Shim Changmin, Choi Minho, Jung Yunho.
Esos son todos. Felicitaciones, y suerte a los que hasta aquí han llegado”.
Al enterarme de que mis amigos y yo habíamos quedado, me puse tan feliz que los abracé. Yunho me tomó con sus tiernos brazos. Junsu saltaba de la alegría, mientras Changmin lo calmaba, a pesar de que no podía evitar sentirse de la misma forma. Micky, por su parte, sonreía confiado.
-“Tómense media hora para descansar, y prepárense”- nos dijo el jurado a los diez. Pronto nos dispersamos.
Noté que Yoochun salió rápidamente. Preocupado, decidí seguirlo, pero en el camino lo perdí. Pregunté a los empleados del lugar si lo habían visto. Ellos me indicaron el pasillo que llevaba al salón de música.
De repente, oí una suave y delicada melodía, que me incitó a abrir la puerta.
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martes, 13 de abril de 2010
Capítulo 11: Desvelo de media noche
Bajé las escaleras sin hacer ruido. Encontré a Yoochun cantando armoniosamente una canción lenta en inglés. Me senté en uno de los escalones para observarlo en silencio. A pesar de que no entendía absolutamente nada de lo que decía la letra, logró conmoverme con su voz grave y romántica.
Cuando finalizó, lo aplaudí bajo para que Changmin y Junsu no se despertaran. Inmediatamente, al percatarse de mi presencia, se asustó y dijo:
-“Jae, ¿qué haces aquí?”.
-“Te estaba escuchando. Tienes una voz muy linda”.
Yo nunca halagaba a nadie, pero la sensación que tenía con Yoochun, no la tenía con nadie más; ni siquiera con Yunho.
-“Gracias”- dijo sonrojado. “¿Acaso te desperté? Lo siento…”
-“No te preocupes. Me desvelé y no puedo conciliar el sueño”
-“Bueno, si es así, ¿por qué no te sientas a mi lado y charlamos?- sugirió.
Caminé hasta él y me acomodé en el sillón.
-“Pronuncias muy bien el inglés”
-“Si, es que pasé los últimos cuatro años en Virginia, Estados Unidos. Hace poco regresé a Corea. Realmente extrañaba todo esto: la gente, la comida, los parques…”
Yoochun me contó su historia de vida. A pesar de ser diferentes, nos sentíamos muy cómodos el uno con el otro. Con él tenía una extraña sensación familiar. Me relajaba mucho estar a su lado. Estuvimos horas hablando y riéndonos.
-“¿Y tú, Jae? ¿Qué te pasaba hoy que estabas tan distraído?- me preguntó preocupado.
-“Bueno, pues…emm…”- no sabía que contestarle, pero sentí que tenía la suficiente confianza puesta en él como para contarle mi secreto. “No se lo digas a nadie, pero… hoy Yunho y yo nos besamos”
Me miró sorprendido.
-“¿En serio? O sea que ustedes dos son…”
-“NO SOMOS GAYS!”- lo interrumpí gritando.
-“…pareja, quise decir”- continuó. Me avergoncé mucho en ese momento.
-“Oh, bueno, pues…no sé…creo que sí”- respondí sin tener en claro nuestra relación.
-“Por lo que me comentas, yo pienso que sí son pareja. A parte no hay que ser un tonto para darse cuenta de que ustedes se quieren”.
-“¿Lo dices en serio? ¿Tanto se nota?”- pregunté apenado.
-“Oh sí, baby. Demasiado. Las miradas, los gestos, las caricias. CRÉEME, se nota”
-“Oh, no!”- dije tapándome la cara con un almohadón, el cual Micky apartó de mi rostro diciendo:
-“Escucha, si se quieren, demuéstraselo! No tienes por qué sentir vergüenza del amor. Es una de las cosas más maravillosas que existen”.
Era muy delicado y sincero al hablar. Haría que cualquier persona cayera rendida a sus pies.
-“Que profundo lo que me dices!”- comenté asombrado.
-“Mira, si tus sentimientos hacia él son sinceros, entonces no hay nada más que decir. Yo, por ejemplo, expreso mis deseos y anhelos más profundos en mis canciones. Compongo letras que salen desde lo más profundo de mi corazón. Si tú haces lo mismo, te aseguro que Yunho estará más enamorado que ahora”
Cada palabra que decía lograba tocarme bien adentro. Sentí que me mostraba su alma al hablar de esa forma. Quedé impresionado por su caballerosidad y ternura.
-“Pero yo no sé componer canciones”- le conté desilusionado. “Es más, nunca lo he hecho”.
-“No te preocupes, si quieres puedo ayudarte”. Sacó papel y lápiz de su bolso, y nos pusimos a trabajar.
Yoochun tenía una gran habilidad para escribir música. Yo le decía lo que sentía, y él le ponía ritmo y agregaba una dulce melodía a cada verso, cada estrofa. Hacíamos un gran equipo juntos. A veces cambiaba lo que no le parecía tan bueno, o no lo convencía del todo. En ese sentido era exigente, pero no se lo veía tenso al respecto.
Pronto, y sin darnos cuenta, se hizo de día.
-“Oh, mira! Ya es de mañana, y no hemos dormido nada!”- dije sorprendido. “Pero de todas formas ya terminamos”.
-“Todavía no- contestó- aún falta el título”.
-“Mmm…¿qué te parece ‘Melodía’?”- sugerí.
-“Mejor en inglés: ‘Melody…Melody and Harmony’. ¿Qué opinas?”
-“Suena genial! Me gusta!”- contesté encantado.
-“Cuando quieras, me avisas y te acompaño con el piano, mientras se la cantas a Yunho”.
-“Está bien. Cuando tenga el coraje, te llamo”- reí. “Bueno, ahora me voy a dormir lo más que pueda. Intentaré aprovechar aunque sea un par de horas para descansar”- comenté bostezando y desperezándome.
-“OK, ve. Que sueñes con los ang…con Yunho, mejor dicho”- sonrió burlón.
-“Jajajaja, gracias”- respondí subiendo a mi habitación.
Al recostarme en mi cama, me dormí al instante. Todo ese tiempo mi mente estuvo proyectando la canción que habíamos compuesto, una y otra vez. Yo sólo imaginaba como sería si se la mostrara a Yunho. Esa idea estuvo zumbando en mi cabeza toda la mañana…
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Cuando finalizó, lo aplaudí bajo para que Changmin y Junsu no se despertaran. Inmediatamente, al percatarse de mi presencia, se asustó y dijo:
-“Jae, ¿qué haces aquí?”.
-“Te estaba escuchando. Tienes una voz muy linda”.
Yo nunca halagaba a nadie, pero la sensación que tenía con Yoochun, no la tenía con nadie más; ni siquiera con Yunho.
-“Gracias”- dijo sonrojado. “¿Acaso te desperté? Lo siento…”
-“No te preocupes. Me desvelé y no puedo conciliar el sueño”
-“Bueno, si es así, ¿por qué no te sientas a mi lado y charlamos?- sugirió.
Caminé hasta él y me acomodé en el sillón.
-“Pronuncias muy bien el inglés”
-“Si, es que pasé los últimos cuatro años en Virginia, Estados Unidos. Hace poco regresé a Corea. Realmente extrañaba todo esto: la gente, la comida, los parques…”
Yoochun me contó su historia de vida. A pesar de ser diferentes, nos sentíamos muy cómodos el uno con el otro. Con él tenía una extraña sensación familiar. Me relajaba mucho estar a su lado. Estuvimos horas hablando y riéndonos.
-“¿Y tú, Jae? ¿Qué te pasaba hoy que estabas tan distraído?- me preguntó preocupado.
-“Bueno, pues…emm…”- no sabía que contestarle, pero sentí que tenía la suficiente confianza puesta en él como para contarle mi secreto. “No se lo digas a nadie, pero… hoy Yunho y yo nos besamos”
Me miró sorprendido.
-“¿En serio? O sea que ustedes dos son…”
-“NO SOMOS GAYS!”- lo interrumpí gritando.
-“…pareja, quise decir”- continuó. Me avergoncé mucho en ese momento.
-“Oh, bueno, pues…no sé…creo que sí”- respondí sin tener en claro nuestra relación.
-“Por lo que me comentas, yo pienso que sí son pareja. A parte no hay que ser un tonto para darse cuenta de que ustedes se quieren”.
-“¿Lo dices en serio? ¿Tanto se nota?”- pregunté apenado.
-“Oh sí, baby. Demasiado. Las miradas, los gestos, las caricias. CRÉEME, se nota”
-“Oh, no!”- dije tapándome la cara con un almohadón, el cual Micky apartó de mi rostro diciendo:
-“Escucha, si se quieren, demuéstraselo! No tienes por qué sentir vergüenza del amor. Es una de las cosas más maravillosas que existen”.
Era muy delicado y sincero al hablar. Haría que cualquier persona cayera rendida a sus pies.
-“Que profundo lo que me dices!”- comenté asombrado.
-“Mira, si tus sentimientos hacia él son sinceros, entonces no hay nada más que decir. Yo, por ejemplo, expreso mis deseos y anhelos más profundos en mis canciones. Compongo letras que salen desde lo más profundo de mi corazón. Si tú haces lo mismo, te aseguro que Yunho estará más enamorado que ahora”
Cada palabra que decía lograba tocarme bien adentro. Sentí que me mostraba su alma al hablar de esa forma. Quedé impresionado por su caballerosidad y ternura.
-“Pero yo no sé componer canciones”- le conté desilusionado. “Es más, nunca lo he hecho”.
-“No te preocupes, si quieres puedo ayudarte”. Sacó papel y lápiz de su bolso, y nos pusimos a trabajar.
Yoochun tenía una gran habilidad para escribir música. Yo le decía lo que sentía, y él le ponía ritmo y agregaba una dulce melodía a cada verso, cada estrofa. Hacíamos un gran equipo juntos. A veces cambiaba lo que no le parecía tan bueno, o no lo convencía del todo. En ese sentido era exigente, pero no se lo veía tenso al respecto.
Pronto, y sin darnos cuenta, se hizo de día.
-“Oh, mira! Ya es de mañana, y no hemos dormido nada!”- dije sorprendido. “Pero de todas formas ya terminamos”.
-“Todavía no- contestó- aún falta el título”.
-“Mmm…¿qué te parece ‘Melodía’?”- sugerí.
-“Mejor en inglés: ‘Melody…Melody and Harmony’. ¿Qué opinas?”
-“Suena genial! Me gusta!”- contesté encantado.
-“Cuando quieras, me avisas y te acompaño con el piano, mientras se la cantas a Yunho”.
-“Está bien. Cuando tenga el coraje, te llamo”- reí. “Bueno, ahora me voy a dormir lo más que pueda. Intentaré aprovechar aunque sea un par de horas para descansar”- comenté bostezando y desperezándome.
-“OK, ve. Que sueñes con los ang…con Yunho, mejor dicho”- sonrió burlón.
-“Jajajaja, gracias”- respondí subiendo a mi habitación.
Al recostarme en mi cama, me dormí al instante. Todo ese tiempo mi mente estuvo proyectando la canción que habíamos compuesto, una y otra vez. Yo sólo imaginaba como sería si se la mostrara a Yunho. Esa idea estuvo zumbando en mi cabeza toda la mañana…
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sábado, 10 de abril de 2010
Capítulo 10: Primer beso
-“¿Sobre qué?”- pregunté algo incómodo.
-“¿Acaso te gusta Yoochun?”-alzó el tono de voz.
-“¿De qué estás hablando?”
-“Sabes perfectamente de lo que estoy hablando. Los vi. Vi cuando se te acercó hace un rato mientras elongábamos, ¿o me lo vas a negar?”
-“No seas idiota. Sólo me ayudaba con mis ejercicios, es todo!”- me sentí irritado.
Rápidamente se acercó a mí, apoyando sus manos en la pared del elevador, por encima de mis hombros. Metió su pierna derecha entre las mías, rozando mi zona sensible, y logrando que me agitara. Me miró fijo. Su cuerpo estaba a pocos centímetros del mío. Mi corazón rápidamente empezó a palpitar y mi cuerpo comenzó a acalorarse.
-“No puedo soportar que nadie te mire ni te toque más que yo, ¿aún no lo entiendes?”- susurraba en mi oído, haciendo que sintiera su cálido aliento chocar contra mi piel.
Tragué saliva sin saber qué hacer.
-“Me importas mucho, Jae…Me gustas”- confesó acercando su rostro al mío.
-“Yunho…”- dije en un suspiro, cuando de repente fui callado por su beso. Me estremecí al instante.
Poco a poco fui cerrando los ojos. Yunho me tomó de la cintura acercándome más a él, mientras que yo rodeaba su cuello con mis brazos. Me dejé llevar por sus dulces y tibios labios. Pronto ingresó su lengua en mi boca de una manera muy delicada y sensual. Emití un pequeño gemido, sumamente excitado por la situación, lo que encendió aún más a Yunho, quien empezó a besarme con más fuerza. Acariciaba constantemente mis caderas y cintura. Yo presionaba su cabeza contra mí, jalando de su cabello. Él me presionaba cada vez más contra la pared, haciendo que mis pies quedaran un poco en el aire, y mi entrepierna cada vez más despierta, por los constantes frotes de la suya.
Hubiera deseado que ese momento fuera eterno. Lamentablemente las puertas del ascensor se abrieron, y nos despegamos instantáneamente uno del otro. Tres personas subieron. Aparentemente no se habían dado cuenta. Al cerrarse las puertas, Yunho empezó a reír en voz baja, y luego me miró, sonriendo pícaramente. Yo, ruborizado, me remordí encogiéndome de hombros. Luego, cuando todos estaban bajando, se acercó a mí.
-“Esto no va a quedar así”- dijo en mi oído, en un tono sensual. “Nos vemos mañana”. Me besó en la mejilla, abriendo un poco sus labios. Quedé loco.
Luego las puertas se cerraron con él adentro, mirándome atrevidamente en una pose irresistible. Yo estaba quieto y perplejo en un piso que no conocía. Había secretarios y oficinistas por todos lados. El shock que tenía por lo que había pasado era tan grande, que olvidé la razón por la que estaba allí.
-“El baño!”- recordé tocándome la frente, mientras iba corriendo a buscarlo.
Después de un rato volví a la salida, bajando nuevamente con el elevador, esta vez rodeado de personas. Me quedé pensando en todo. No lo podía creer. Yunho me había besado, y encima confesó sus sentimientos hacia mí.
En la puerta de entrada me encontré con Changmin, Junsu y Micky, que me estaban esperando. Deduje que Yunho se había ido en su Rolls Royce.
-“Vamos a casa. Estoy cansado”- dijo Min.
-“Será mejor que yo busque un hotel en donde hospedarme”- comentó Yoochun.
-“Ven a casa con nosotros!”- le propuso Junsu, emocionado. Changmin le lanzó una mirada de desdén.
-“No sé si tenemos lug…”
-“Decidido! Te quedas”- lo interrumpió Junsu, con cara más que feliz.
Yo estaba pensando aún en Yunho. No estaba prestando demasiada atención.
--------O--------
Pronto llegamos a la casa de MinSu. No dije una palabra en todo el camino.
-“Siéntete como en tu casa”- le dijo Junsu a Yoochun. “¿Te preparo algo? ¿Un café?”
-“Bueno, un café está bien. Gracias”- respondió el otro cordialmente.
Junsu salió corriendo a la cocina, casi pegando saltos de la alegría. Changmin fue al cuarto de arriba, dando pisotones de bronca.
-“¿Le pasa algo?”- me preguntó Micky, mientras nos sentábamos en el sillón.
-“¿Eh?”- dije algo distraído.
-“Que si le sucede algo a Changmin”- me miró fijo, acercándose- “¿Y tú? ¿Estás bien? Te noto extraño”.
-“Emm… no, estoy bien, no te preocupes”.
-“Aquí traigo café para todos!” – dijo Junsu, viniendo desde la cocina con una bandeja. Micky le agradeció con una sonrisa encantadora. Al otro se le iluminó el rostro. Obviamente le pasaban cosas con él.
Estuvimos hablando un tiempo, aunque yo de a ratos me perdía en mis pensamientos y fantasías con Yunho.
Pronto se hizo tarde, y al estar tan cansados nos fuimos a acostar sin cenar.
-“¿Dónde vas a dormir?”- le pregunté a Yoochun. Instantáneamente Min bajó por las escaleras.
-“En el sillón!”- gritó irritado, y se volvió a meter a su cuarto.
-“Podría asegurar que está enojado conmigo”- comentó preocupado Yoochun. Junsu se puso triste, y se fue refunfuñando al cuarto con Changmin. “Bueno, de todas formas el sillón está bien para mí. Buenas noches Jae”.
-“Que descanses, Micky”- dije yéndome a mi habitación.
Me desplomé en la cama y me puse a pensar en Yunho. Recordaba cada cosa que había sucedido. Imágenes de sus brazos, sus labios y sus ojos colmaban mi mente. Estuve horas imaginándolo a mi lado. No pude pegar un ojo en toda la noche.
De repente, escuché un sonido proveniente del living, así que decidí ir a investigar.
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-“¿Acaso te gusta Yoochun?”-alzó el tono de voz.
-“¿De qué estás hablando?”
-“Sabes perfectamente de lo que estoy hablando. Los vi. Vi cuando se te acercó hace un rato mientras elongábamos, ¿o me lo vas a negar?”
-“No seas idiota. Sólo me ayudaba con mis ejercicios, es todo!”- me sentí irritado.
Rápidamente se acercó a mí, apoyando sus manos en la pared del elevador, por encima de mis hombros. Metió su pierna derecha entre las mías, rozando mi zona sensible, y logrando que me agitara. Me miró fijo. Su cuerpo estaba a pocos centímetros del mío. Mi corazón rápidamente empezó a palpitar y mi cuerpo comenzó a acalorarse.
-“No puedo soportar que nadie te mire ni te toque más que yo, ¿aún no lo entiendes?”- susurraba en mi oído, haciendo que sintiera su cálido aliento chocar contra mi piel.
Tragué saliva sin saber qué hacer.
-“Me importas mucho, Jae…Me gustas”- confesó acercando su rostro al mío.
-“Yunho…”- dije en un suspiro, cuando de repente fui callado por su beso. Me estremecí al instante.
Poco a poco fui cerrando los ojos. Yunho me tomó de la cintura acercándome más a él, mientras que yo rodeaba su cuello con mis brazos. Me dejé llevar por sus dulces y tibios labios. Pronto ingresó su lengua en mi boca de una manera muy delicada y sensual. Emití un pequeño gemido, sumamente excitado por la situación, lo que encendió aún más a Yunho, quien empezó a besarme con más fuerza. Acariciaba constantemente mis caderas y cintura. Yo presionaba su cabeza contra mí, jalando de su cabello. Él me presionaba cada vez más contra la pared, haciendo que mis pies quedaran un poco en el aire, y mi entrepierna cada vez más despierta, por los constantes frotes de la suya.
Hubiera deseado que ese momento fuera eterno. Lamentablemente las puertas del ascensor se abrieron, y nos despegamos instantáneamente uno del otro. Tres personas subieron. Aparentemente no se habían dado cuenta. Al cerrarse las puertas, Yunho empezó a reír en voz baja, y luego me miró, sonriendo pícaramente. Yo, ruborizado, me remordí encogiéndome de hombros. Luego, cuando todos estaban bajando, se acercó a mí.
-“Esto no va a quedar así”- dijo en mi oído, en un tono sensual. “Nos vemos mañana”. Me besó en la mejilla, abriendo un poco sus labios. Quedé loco.
Luego las puertas se cerraron con él adentro, mirándome atrevidamente en una pose irresistible. Yo estaba quieto y perplejo en un piso que no conocía. Había secretarios y oficinistas por todos lados. El shock que tenía por lo que había pasado era tan grande, que olvidé la razón por la que estaba allí.
-“El baño!”- recordé tocándome la frente, mientras iba corriendo a buscarlo.
Después de un rato volví a la salida, bajando nuevamente con el elevador, esta vez rodeado de personas. Me quedé pensando en todo. No lo podía creer. Yunho me había besado, y encima confesó sus sentimientos hacia mí.
En la puerta de entrada me encontré con Changmin, Junsu y Micky, que me estaban esperando. Deduje que Yunho se había ido en su Rolls Royce.
-“Vamos a casa. Estoy cansado”- dijo Min.
-“Será mejor que yo busque un hotel en donde hospedarme”- comentó Yoochun.
-“Ven a casa con nosotros!”- le propuso Junsu, emocionado. Changmin le lanzó una mirada de desdén.
-“No sé si tenemos lug…”
-“Decidido! Te quedas”- lo interrumpió Junsu, con cara más que feliz.
Yo estaba pensando aún en Yunho. No estaba prestando demasiada atención.
--------O--------
Pronto llegamos a la casa de MinSu. No dije una palabra en todo el camino.
-“Siéntete como en tu casa”- le dijo Junsu a Yoochun. “¿Te preparo algo? ¿Un café?”
-“Bueno, un café está bien. Gracias”- respondió el otro cordialmente.
Junsu salió corriendo a la cocina, casi pegando saltos de la alegría. Changmin fue al cuarto de arriba, dando pisotones de bronca.
-“¿Le pasa algo?”- me preguntó Micky, mientras nos sentábamos en el sillón.
-“¿Eh?”- dije algo distraído.
-“Que si le sucede algo a Changmin”- me miró fijo, acercándose- “¿Y tú? ¿Estás bien? Te noto extraño”.
-“Emm… no, estoy bien, no te preocupes”.
-“Aquí traigo café para todos!” – dijo Junsu, viniendo desde la cocina con una bandeja. Micky le agradeció con una sonrisa encantadora. Al otro se le iluminó el rostro. Obviamente le pasaban cosas con él.
Estuvimos hablando un tiempo, aunque yo de a ratos me perdía en mis pensamientos y fantasías con Yunho.
Pronto se hizo tarde, y al estar tan cansados nos fuimos a acostar sin cenar.
-“¿Dónde vas a dormir?”- le pregunté a Yoochun. Instantáneamente Min bajó por las escaleras.
-“En el sillón!”- gritó irritado, y se volvió a meter a su cuarto.
-“Podría asegurar que está enojado conmigo”- comentó preocupado Yoochun. Junsu se puso triste, y se fue refunfuñando al cuarto con Changmin. “Bueno, de todas formas el sillón está bien para mí. Buenas noches Jae”.
-“Que descanses, Micky”- dije yéndome a mi habitación.
Me desplomé en la cama y me puse a pensar en Yunho. Recordaba cada cosa que había sucedido. Imágenes de sus brazos, sus labios y sus ojos colmaban mi mente. Estuve horas imaginándolo a mi lado. No pude pegar un ojo en toda la noche.
De repente, escuché un sonido proveniente del living, así que decidí ir a investigar.
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Capítulo 9: Micky
Era un joven guapo, con ojos oscuros, pelo negro y rasgos bien definidos. Estaba vestido modernamente occidental, a juzgar por sus zapatillas Converse, chupines de jean y una remera que decía ‘I love NY’. También llevaba puesto un sombrero negro, bastante vanguardista.
Junsu quedó absolutamente petrificado y boquiabierto al verlo. Su mirada era como la de un niño enamorado.
-“Pero, ¿por qué él va a entrar al casting?”-preguntó Yunho, que estaba sentado a mi lado. “Es decir, se saltó tres rondas. Es injusto!”-se quejó.
-“No hables así. Él realizó las mismas pruebas y ejercicios que todos ustedes, sólo que en Estados Unidos”-contestó el jurado. “Por lo tanto, él es uno más. Bien, comencemos con las pruebas de hoy”. Nos levantamos de las sillas, y fuimos hacia el centro del salón. “Quiero que se junten en cuatro grupos de cuatro. Cada equipo tendrá dos horas para inventar una coreografía, que luego expondrán al resto de la clase”.
-“¿Podemos elegir la música nosotros?”- preguntó Changmin levantando la mano.
-“Si, si es que trajeron un CD o algo”- respondió el jurado.
-“Genial!”- sonrió Min, entusiasmado.
Empecé a contarnos a todos.
-“Disculpe, somos diecisiete”- interrumpí alzando la voz. “Le faltó contar a Yoochun”.
-“Ah, claro! Me había olvidado de él”- se dio cuenta el jurado, tocándose la frente.
-“ Que venga a nuestro grupo!!”- gritó Junsu exaltado.
-“Está bien, que esté con ustedes. Pero acuérdense que él es uno más. No quiero enterarme de que lo discriminan. ¿Está entendido?”.
-“Sí, señor”- respondimos a coro.
-“Bien, empiecen a trabajar”.
Pronto nos esparcimos por el salón. Luego nos sentamos en el suelo, cerca de una ventana, en una de las cuatro esquinas del lugar. Yoochun se acercó caminando lento hacia nosotros cuatro.
-“Bueno, creo que voy a estar con ustedes”- dijo un poco tímido.
-“Así parece. Hola soy Jaejoong”- me presenté, extendiéndole mi mano.
-“Soy Park, pero me dicen Micky”- contestó estrechándome la suya, y sentándose a mi lado.
-“Te llamas Micky, como Mickey Mouse”- interrumpió Junsu, arrimándosele con una sonrisa de oreja a oreja. Yunho empezó a reír.
-“Sí, me lo han dicho muchas veces”- contestó Yoochun, también sonriendo. “Eres simpático. ¿Cómo te llamas?”.
-“Kim Junsu”- respondió con su cara iluminada. “Dime sólo Junsu, o Su, si lo prefieres”.
-“Sólo YO te puedo decir Su”- expresó Changmin ofuscado, tomando el rostro de Junsu y corriéndolo para su lado. Las mejillas del segundo se ruborizaron, mirándolo fijamente.
-“Por favor, no te pongas así… emm... ¿Cuál es tu nombre?”- preguntó Yoochun sonriendo, un poco incómodo.
-“Changmin”-respondió secamente, sin despegar los ojos de Junsu.
De repente, Yunho se acercó a mí más de lo que hubiera creído.
-“Oye”-susurró en mi oído- “Éstos dos, ¿son pareja, o qué?”. Sentí un ligero calor. Su respiración y su aliento tan cerca, hicieron que me estremeciera.
-“N-no lo sé”- respondí en un suspiro, totalmente perdido en sus ojos, los cuales me observaban de una forma irresistiblemente tierna, casi hablándome diría.
Pronto se acercó a mi rostro, logrando que yo empezara a temblar. Nos quedamos mirándonos fijamente, como dos tontos. Sentí cosquillas en el estómago. En ese momento se detuvo la Tierra. Mi imaginación empezó a andar. Miles de situaciones y cosas que podría estar haciendo con él, se me cruzaron por la mente.
De repente, me percaté de que todavía estábamos en el estudio. Giré mi cabeza, y vi como mis otros tres compañeros estaban observándonos como idiotas embobados, y claramente sorprendidos.
-“EJEM, EJEM”- tosí nervioso para romper el hielo.
Yunho incómodo por la situación, se apartó un poco de mi lado. Los otros hacían pequeñas sonrisitas pícaras.
-“Bueno, ¿podemos comenzar el ejercicio?”- sugirió Yoochun.
-“Sí, mejor empecemos”- respondí avergonzado.
-“¿Qué música vamos a usar?”- preguntó Junsu, intrigado. Inmediatamente Changmin sacó de su gran bolso un MP3.
-“Acá está lo que necesitamos. Propongo que bailemos ésta canción”. Colocó sus auriculares en los oídos de Junsu.
-“Oye, está buena!”- comentó al escucharla. Luego le pasó el MP3 a Yoochun.
-“Tiene un buen sonido, y la letra es pegadiza”- dijo moviéndose y chasqueando sus dedos al ritmo.
Cada uno de nosotros oyó la canción, para luego así crear la coreografía. Nos paramos y empezamos a inventar pasos. Todos dábamos ideas de cómo realizarlos.
Me sorprendió ver a Junsu tan concentrado y prolijo en sus movimientos. Era realmente otra persona. Más…hombre. Por otro lado, Micky tenía un estilo ‘dandy’. Era todo un galán, debo admitir. Diría que Changmin era el punto medio entre los dos anteriormente mencionados. Su despliegue era sensual, pero tierno; bastante peculiar.
Por último, Yunho. Me da un poco de vergüenza confesarle esto, padre, pero déjeme decirle que su baile era absolutamente sexy. La forma en que doblaba su torso era increíblemente excitante. No erraba ni un paso. Yo me estremecía cada vez que deslizaba sus manos por su cuerpo, en forma atrevida. De vez en cuando, me miraba, y yo quedaba boquiabierto.
--------O--------
Después de terminar la coreografía, nos sentamos en el suelo a descansar. Las dos horas habían pasado muy rápido. Poco a poco los grupos fueron mostrando lo que habían preparado, delante de todo el jurado que juzgaba y anotaba en un papel sus críticas. Nosotros mientras esperábamos, nos pusimos a elongar.
Junsu agachó su torso, tocando sus pies.
-“Que lindo tra…”- dijo Changmin, mirándolo hipnotizado, sin poder terminar la frase. “tra…tra…trabajo que estamos haciendo, ¿no?”- finalizó nervioso.
Junsu levantó la cabeza y le sonrió. Obviamente sabía que se estaba refiriendo a su mejor atributo.
Yo, mientras tanto, sentado con las piernas estiradas, intentaba tocar la punta de mis pies con mis manos, pero me resultaba imposible. De repente Yoochun se puso detrás de mí, y tomando mi cintura, dijo suavemente en mi oído:
-“Sólo relaja los músculos, sino puedes lesionarte”. Su voz era grave y masculina.
Inmediatamente mis mejillas se ruborizaron. Luego me percaté de que Yunho nos observaba seriamente.
Por suerte el jurado justo nos llamó para avisarnos que era nuestro turno. Suspiré aliviado.
Subimos al pequeño escenario. Changmin conectó el MP3 a un grabador que allí había. Seleccionó el tema, y pronto se acomodó con nosotros. La música empezó a sonar.
“Hey-hey-hey-hey-hey-hey…Purple line let me set up my world…this way…My progression…”
Esa canción realmente me gustaba. Quedaba perfecta con nuestro baile. Cada uno de nosotros se lució con su estilo característico. La coreografía salió excelente. Al terminar, el jurado entero quedó asombrado. Se miraban entre sí, mientras asentían con la cabeza. Luego nos reunieron a toda la clase.
-“Muy bien, eso es todo por hoy. Mañana daremos a conocer los finalistas”. Pronto fuimos saliendo del salón.
-“Voy al baño. Ustedes vayan yendo”-les dije a los otros cuatro.
-“Bueno, te esperamos afuera”- respondió Changmin, mientras se dirigían a la salida.
Di media vuelta y fui al baño del salón. Desafortunadamente estaba cerrado, así que decidí tomar el ascensor para buscar en otros pisos uno que estuviera abierto. Luego entré al elevador vacío. Las puertas se estaban cerrando, cuando de repente una mano las detuvo, haciendo así que automáticamente se volvieran a abrir.
Yunho entró rápidamente al ascensor.
-“Tenemos que hablar”- me dijo, mientras las puertas se cerraban detrás de él.
Siguiente capítulo
Junsu quedó absolutamente petrificado y boquiabierto al verlo. Su mirada era como la de un niño enamorado.
-“Pero, ¿por qué él va a entrar al casting?”-preguntó Yunho, que estaba sentado a mi lado. “Es decir, se saltó tres rondas. Es injusto!”-se quejó.
-“No hables así. Él realizó las mismas pruebas y ejercicios que todos ustedes, sólo que en Estados Unidos”-contestó el jurado. “Por lo tanto, él es uno más. Bien, comencemos con las pruebas de hoy”. Nos levantamos de las sillas, y fuimos hacia el centro del salón. “Quiero que se junten en cuatro grupos de cuatro. Cada equipo tendrá dos horas para inventar una coreografía, que luego expondrán al resto de la clase”.
-“¿Podemos elegir la música nosotros?”- preguntó Changmin levantando la mano.
-“Si, si es que trajeron un CD o algo”- respondió el jurado.
-“Genial!”- sonrió Min, entusiasmado.
Empecé a contarnos a todos.
-“Disculpe, somos diecisiete”- interrumpí alzando la voz. “Le faltó contar a Yoochun”.
-“Ah, claro! Me había olvidado de él”- se dio cuenta el jurado, tocándose la frente.
-“ Que venga a nuestro grupo!!”- gritó Junsu exaltado.
-“Está bien, que esté con ustedes. Pero acuérdense que él es uno más. No quiero enterarme de que lo discriminan. ¿Está entendido?”.
-“Sí, señor”- respondimos a coro.
-“Bien, empiecen a trabajar”.
Pronto nos esparcimos por el salón. Luego nos sentamos en el suelo, cerca de una ventana, en una de las cuatro esquinas del lugar. Yoochun se acercó caminando lento hacia nosotros cuatro.
-“Bueno, creo que voy a estar con ustedes”- dijo un poco tímido.
-“Así parece. Hola soy Jaejoong”- me presenté, extendiéndole mi mano.
-“Soy Park, pero me dicen Micky”- contestó estrechándome la suya, y sentándose a mi lado.
-“Te llamas Micky, como Mickey Mouse”- interrumpió Junsu, arrimándosele con una sonrisa de oreja a oreja. Yunho empezó a reír.
-“Sí, me lo han dicho muchas veces”- contestó Yoochun, también sonriendo. “Eres simpático. ¿Cómo te llamas?”.
-“Kim Junsu”- respondió con su cara iluminada. “Dime sólo Junsu, o Su, si lo prefieres”.
-“Sólo YO te puedo decir Su”- expresó Changmin ofuscado, tomando el rostro de Junsu y corriéndolo para su lado. Las mejillas del segundo se ruborizaron, mirándolo fijamente.
-“Por favor, no te pongas así… emm... ¿Cuál es tu nombre?”- preguntó Yoochun sonriendo, un poco incómodo.
-“Changmin”-respondió secamente, sin despegar los ojos de Junsu.
De repente, Yunho se acercó a mí más de lo que hubiera creído.
-“Oye”-susurró en mi oído- “Éstos dos, ¿son pareja, o qué?”. Sentí un ligero calor. Su respiración y su aliento tan cerca, hicieron que me estremeciera.
-“N-no lo sé”- respondí en un suspiro, totalmente perdido en sus ojos, los cuales me observaban de una forma irresistiblemente tierna, casi hablándome diría.
Pronto se acercó a mi rostro, logrando que yo empezara a temblar. Nos quedamos mirándonos fijamente, como dos tontos. Sentí cosquillas en el estómago. En ese momento se detuvo la Tierra. Mi imaginación empezó a andar. Miles de situaciones y cosas que podría estar haciendo con él, se me cruzaron por la mente.
De repente, me percaté de que todavía estábamos en el estudio. Giré mi cabeza, y vi como mis otros tres compañeros estaban observándonos como idiotas embobados, y claramente sorprendidos.
-“EJEM, EJEM”- tosí nervioso para romper el hielo.
Yunho incómodo por la situación, se apartó un poco de mi lado. Los otros hacían pequeñas sonrisitas pícaras.
-“Bueno, ¿podemos comenzar el ejercicio?”- sugirió Yoochun.
-“Sí, mejor empecemos”- respondí avergonzado.
-“¿Qué música vamos a usar?”- preguntó Junsu, intrigado. Inmediatamente Changmin sacó de su gran bolso un MP3.
-“Acá está lo que necesitamos. Propongo que bailemos ésta canción”. Colocó sus auriculares en los oídos de Junsu.
-“Oye, está buena!”- comentó al escucharla. Luego le pasó el MP3 a Yoochun.
-“Tiene un buen sonido, y la letra es pegadiza”- dijo moviéndose y chasqueando sus dedos al ritmo.
Cada uno de nosotros oyó la canción, para luego así crear la coreografía. Nos paramos y empezamos a inventar pasos. Todos dábamos ideas de cómo realizarlos.
Me sorprendió ver a Junsu tan concentrado y prolijo en sus movimientos. Era realmente otra persona. Más…hombre. Por otro lado, Micky tenía un estilo ‘dandy’. Era todo un galán, debo admitir. Diría que Changmin era el punto medio entre los dos anteriormente mencionados. Su despliegue era sensual, pero tierno; bastante peculiar.
Por último, Yunho. Me da un poco de vergüenza confesarle esto, padre, pero déjeme decirle que su baile era absolutamente sexy. La forma en que doblaba su torso era increíblemente excitante. No erraba ni un paso. Yo me estremecía cada vez que deslizaba sus manos por su cuerpo, en forma atrevida. De vez en cuando, me miraba, y yo quedaba boquiabierto.
--------O--------
Después de terminar la coreografía, nos sentamos en el suelo a descansar. Las dos horas habían pasado muy rápido. Poco a poco los grupos fueron mostrando lo que habían preparado, delante de todo el jurado que juzgaba y anotaba en un papel sus críticas. Nosotros mientras esperábamos, nos pusimos a elongar.
Junsu agachó su torso, tocando sus pies.
-“Que lindo tra…”- dijo Changmin, mirándolo hipnotizado, sin poder terminar la frase. “tra…tra…trabajo que estamos haciendo, ¿no?”- finalizó nervioso.
Junsu levantó la cabeza y le sonrió. Obviamente sabía que se estaba refiriendo a su mejor atributo.
Yo, mientras tanto, sentado con las piernas estiradas, intentaba tocar la punta de mis pies con mis manos, pero me resultaba imposible. De repente Yoochun se puso detrás de mí, y tomando mi cintura, dijo suavemente en mi oído:
-“Sólo relaja los músculos, sino puedes lesionarte”. Su voz era grave y masculina.
Inmediatamente mis mejillas se ruborizaron. Luego me percaté de que Yunho nos observaba seriamente.
Por suerte el jurado justo nos llamó para avisarnos que era nuestro turno. Suspiré aliviado.
Subimos al pequeño escenario. Changmin conectó el MP3 a un grabador que allí había. Seleccionó el tema, y pronto se acomodó con nosotros. La música empezó a sonar.
“Hey-hey-hey-hey-hey-hey…Purple line let me set up my world…this way…My progression…”
Esa canción realmente me gustaba. Quedaba perfecta con nuestro baile. Cada uno de nosotros se lució con su estilo característico. La coreografía salió excelente. Al terminar, el jurado entero quedó asombrado. Se miraban entre sí, mientras asentían con la cabeza. Luego nos reunieron a toda la clase.
-“Muy bien, eso es todo por hoy. Mañana daremos a conocer los finalistas”. Pronto fuimos saliendo del salón.
-“Voy al baño. Ustedes vayan yendo”-les dije a los otros cuatro.
-“Bueno, te esperamos afuera”- respondió Changmin, mientras se dirigían a la salida.
Di media vuelta y fui al baño del salón. Desafortunadamente estaba cerrado, así que decidí tomar el ascensor para buscar en otros pisos uno que estuviera abierto. Luego entré al elevador vacío. Las puertas se estaban cerrando, cuando de repente una mano las detuvo, haciendo así que automáticamente se volvieran a abrir.
Yunho entró rápidamente al ascensor.
-“Tenemos que hablar”- me dijo, mientras las puertas se cerraban detrás de él.
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Capítulo 8: La verdad (parte dos)
Eran las cuatro de la mañana. Me sentía cansado, pero a la vez intrigado. En verdad quería saber todo lo que había pasado entre él y Heechul.
Nos sentamos en su cama, y me empezó a contar.
-“Conocí a Heechul cuando éramos niños. Ambos éramos vecinos. Vivíamos en un barrio de clase media”.
-“O sea, que no siempre fuiste rico”- lo interrumpí.
-“No, sólo desde hace unos años, cuando mi papá fundó su pequeño negocio, que hoy en día es una empresa internacional.
Como decía, Heechul y yo éramos vecinos”- continuó-“y siempre estábamos juntos.
Cuando entramos en la adolescencia, empezamos a mirarnos distinto. Sentíamos que lo nuestro era mucho más que una amistad. Impulsados por nuestros sentimientos y sensaciones encontradas, decidimos ponernos de novios, en secreto. Cada vez que nos veíamos, nos intercambiábamos cartas de amor”.
Yunho sacó de su mesita de luz una pequeña caja de madera llena de manuscritos románticos.
-“Mira, ésta fue la primera que me dio”-dijo extendiéndome un papel que tomé.
-“Eres lo mejor que me ha pasado en la vida. No nos separemos nunca. Te amo. Heechul”-leí en voz alta.
Miré a Yunho de nuevo.
-“Entonces al principio todo estaba bien. Pero, ¿qué pasó después? ¿Cómo terminaron odiándose?”-pregunté confundido.
-“Como tú dices Jae, al principio iba todo bien, pero al cabo de unos meses me mudé lejos de él, a ésta mansión. Era muy difícil estar separados, y no poder vernos casi nunca. Estábamos realmente tristes, pero lo enfrentamos como pudimos. Nuestros encuentros eran cada vez más esporádicos. Él tenía que hacer un largo viaje hasta aquí. Con el tiempo, la relación se fue desgastando y enfriando.
Heechul ya harto me culpó a mí por haberme mudado. Hasta pensaba que me importaba más ésta mansión. Yo intentaba hacerlo entrar en razón, pero no había caso. De todas formas, lo amaba demasiado como para dejarlo por esa tontería.
Un día dejo de llamarme. Tampoco respondía mis mensajes. Estuve dos meses sin tener noticias suyas. Preocupado, decidí viajar hasta su casa para verlo, así de paso le daba una sorpresa. Por el contrario, el sorprendido fui yo.
Al tocar la puerta, un hombre alto, guapo y desconocido, me atendió semidesnudo, y llevaba puesta la camisa favorita de Heechul. Al instante divisé una foto de ellos dos juntos en la única pared que podía ver desde la entrada.
De repente, escuché la voz de Heechul que gritaba desde el cuarto.
“Siwon, mi amor, ¿quién es?”
En ese momento comprendí todo. El corazón se me paralizó. Estaba en shock.
Tomé mis maletas, di media vuelta y me fui angustiadísimo. En el vuelo de regreso me largué a llorar. Me costó años olvidarlo, y volver a confiar en alguien.
Hace un año y medio intentó volver conmigo, arrepentido por lo que había hecho. Yo no accedí. Enojado y despechado, divulgó por todos lados que yo le había sido infiel a él. Pronto todos me creyeron ‘el malo de la película’, y ya nadie se me acercaba.
Por eso decidí anotarme en el casting, para ser popular y demostrarle al mundo que soy una buena persona. Lamentablemente Heechul también ingresó, y ahora está intentando hacerme la vida imposible. En fin, esa es toda la verdad”.
Quedé en silencio por unos segundos.
-“Guau!”-expresé sorprendido. “Ahora entiendo todo. Que duro debe haber sido para ti soportar todo eso, y tener que vivir mostrándote fuerte para que no te lastimen. En verdad, te compadezco”-dije apoyando mi mano en su hombro.
Yunho me miró fijamente por un momento. Me tomó de la cintura y me abrazó fuertemente.
-“Gracias por escucharme”-susurró en mi oído.
Una gran sensación de cálida paz inundó el cuarto. Nos quedamos así un rato. Sin darse cuenta, se quedó dormido en mi hombro, así que, lo acosté y lo tapé con la sábana.
Luego volví a mi habitación. Changmin y Junsu seguían durmiendo. Me tiré en mi cama y cerré los ojos, esperando poder descansar aunque sea un poco. Un lindo cosquilleo me recorrió el cuerpo toda la noche. Creo que presentía que el día que estaba por venir sería inolvidable.
--------O--------
A la mañana siguiente un fuerte golpe en mi cabeza me despertó de mi corto sueño.
-“Arriba Jae, ARRIBA! Vamos a jugar al fútbol!”- ladraba Junsu, mientras hacía rebotar una pelota en mi rostro, una y otra vez.
-“ +%*@&$º JUNSUUUU!!!!!!!!!!-grité irritado y enojado.
Me levanté de un salto, y lo empecé a correr a almohadanazos. Changmin no podía parar de reír al ver semejante escena.
Después de un rato, bajamos a desayunar al aire libre, cerca de la pileta. Era un día maravilloso, soleado, sin una nube en el cielo. Nos arrimamos a una mesa grande llena de delicias. Junsu devoró tres pasteles de chocolate en un santiamén.
-“Te quedó un poco aquí”-le dijo Changmin, señalando su boca. Pronto con su índice limpió el chocolate que tenía Junsu en el labio, y lo lamió. “Ya estás limpio de nuevo”- sonrió.
-“Buenos días, amigos”- se anunció Yunho, caminando hacia nosotros. “¿Durmieron bien?”- me miró de forma cómplice, y dibujó una sonrisa.
-“Sí, excelente”-respondió Changmin. “Las cama era realmente cómoda”.
-“Vamos a jugar al fútbol antes de irnos!!”-expresó Junsu con la boca llena, y sacando la pelota de debajo de la mesa, casi por arte de magia.
-“Lo lamento, pero si no nos damos prisa, llegaremos tarde a la cuarta ronda. Apúrense a terminar”- enunció Yunho, cortésmente. Junsu se amargó por un instante, y para consolarse, siguió atragantándose con todo lo que fuera comestible.
Después de desayunar, tomamos nuestras cosas, subimos al Rolls Royce y nos fuimos al estudio.
Ésta vez éramos dieciséis. Para mi alivio, Changmin, Junsu y Yunho también fueron designados. Heechul fue eliminado con los otros doce, que serían destinados a proyectos futuros. Los restantes nos sentamos en sillas acomodadas frente al pequeño escenario donde había audicionado la primera vez. Uno de los jurados se subió e hizo un anuncio importante.
-“En primer lugar, felicitaciones a todos los que han quedado”. Aplaudimos contentos. “En segundo lugar- continuó- quiero decirles que un nuevo miembro se va a unir al casting con ustedes. Les presento a… ¿Cómo dijiste que te llamabas?”- le preguntó el jurado.
El chico subió al escenario con naturalidad.
-“Yoochun, Park Yoochun”-respondió con un acento extraño.
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Nos sentamos en su cama, y me empezó a contar.
-“Conocí a Heechul cuando éramos niños. Ambos éramos vecinos. Vivíamos en un barrio de clase media”.
-“O sea, que no siempre fuiste rico”- lo interrumpí.
-“No, sólo desde hace unos años, cuando mi papá fundó su pequeño negocio, que hoy en día es una empresa internacional.
Como decía, Heechul y yo éramos vecinos”- continuó-“y siempre estábamos juntos.
Cuando entramos en la adolescencia, empezamos a mirarnos distinto. Sentíamos que lo nuestro era mucho más que una amistad. Impulsados por nuestros sentimientos y sensaciones encontradas, decidimos ponernos de novios, en secreto. Cada vez que nos veíamos, nos intercambiábamos cartas de amor”.
Yunho sacó de su mesita de luz una pequeña caja de madera llena de manuscritos románticos.
-“Mira, ésta fue la primera que me dio”-dijo extendiéndome un papel que tomé.
-“Eres lo mejor que me ha pasado en la vida. No nos separemos nunca. Te amo. Heechul”-leí en voz alta.
Miré a Yunho de nuevo.
-“Entonces al principio todo estaba bien. Pero, ¿qué pasó después? ¿Cómo terminaron odiándose?”-pregunté confundido.
-“Como tú dices Jae, al principio iba todo bien, pero al cabo de unos meses me mudé lejos de él, a ésta mansión. Era muy difícil estar separados, y no poder vernos casi nunca. Estábamos realmente tristes, pero lo enfrentamos como pudimos. Nuestros encuentros eran cada vez más esporádicos. Él tenía que hacer un largo viaje hasta aquí. Con el tiempo, la relación se fue desgastando y enfriando.
Heechul ya harto me culpó a mí por haberme mudado. Hasta pensaba que me importaba más ésta mansión. Yo intentaba hacerlo entrar en razón, pero no había caso. De todas formas, lo amaba demasiado como para dejarlo por esa tontería.
Un día dejo de llamarme. Tampoco respondía mis mensajes. Estuve dos meses sin tener noticias suyas. Preocupado, decidí viajar hasta su casa para verlo, así de paso le daba una sorpresa. Por el contrario, el sorprendido fui yo.
Al tocar la puerta, un hombre alto, guapo y desconocido, me atendió semidesnudo, y llevaba puesta la camisa favorita de Heechul. Al instante divisé una foto de ellos dos juntos en la única pared que podía ver desde la entrada.
De repente, escuché la voz de Heechul que gritaba desde el cuarto.
“Siwon, mi amor, ¿quién es?”
En ese momento comprendí todo. El corazón se me paralizó. Estaba en shock.
Tomé mis maletas, di media vuelta y me fui angustiadísimo. En el vuelo de regreso me largué a llorar. Me costó años olvidarlo, y volver a confiar en alguien.
Hace un año y medio intentó volver conmigo, arrepentido por lo que había hecho. Yo no accedí. Enojado y despechado, divulgó por todos lados que yo le había sido infiel a él. Pronto todos me creyeron ‘el malo de la película’, y ya nadie se me acercaba.
Por eso decidí anotarme en el casting, para ser popular y demostrarle al mundo que soy una buena persona. Lamentablemente Heechul también ingresó, y ahora está intentando hacerme la vida imposible. En fin, esa es toda la verdad”.
Quedé en silencio por unos segundos.
-“Guau!”-expresé sorprendido. “Ahora entiendo todo. Que duro debe haber sido para ti soportar todo eso, y tener que vivir mostrándote fuerte para que no te lastimen. En verdad, te compadezco”-dije apoyando mi mano en su hombro.
Yunho me miró fijamente por un momento. Me tomó de la cintura y me abrazó fuertemente.
-“Gracias por escucharme”-susurró en mi oído.
Una gran sensación de cálida paz inundó el cuarto. Nos quedamos así un rato. Sin darse cuenta, se quedó dormido en mi hombro, así que, lo acosté y lo tapé con la sábana.
Luego volví a mi habitación. Changmin y Junsu seguían durmiendo. Me tiré en mi cama y cerré los ojos, esperando poder descansar aunque sea un poco. Un lindo cosquilleo me recorrió el cuerpo toda la noche. Creo que presentía que el día que estaba por venir sería inolvidable.
--------O--------
A la mañana siguiente un fuerte golpe en mi cabeza me despertó de mi corto sueño.
-“Arriba Jae, ARRIBA! Vamos a jugar al fútbol!”- ladraba Junsu, mientras hacía rebotar una pelota en mi rostro, una y otra vez.
-“ +%*@&$º JUNSUUUU!!!!!!!!!!-grité irritado y enojado.
Me levanté de un salto, y lo empecé a correr a almohadanazos. Changmin no podía parar de reír al ver semejante escena.
Después de un rato, bajamos a desayunar al aire libre, cerca de la pileta. Era un día maravilloso, soleado, sin una nube en el cielo. Nos arrimamos a una mesa grande llena de delicias. Junsu devoró tres pasteles de chocolate en un santiamén.
-“Te quedó un poco aquí”-le dijo Changmin, señalando su boca. Pronto con su índice limpió el chocolate que tenía Junsu en el labio, y lo lamió. “Ya estás limpio de nuevo”- sonrió.
-“Buenos días, amigos”- se anunció Yunho, caminando hacia nosotros. “¿Durmieron bien?”- me miró de forma cómplice, y dibujó una sonrisa.
-“Sí, excelente”-respondió Changmin. “Las cama era realmente cómoda”.
-“Vamos a jugar al fútbol antes de irnos!!”-expresó Junsu con la boca llena, y sacando la pelota de debajo de la mesa, casi por arte de magia.
-“Lo lamento, pero si no nos damos prisa, llegaremos tarde a la cuarta ronda. Apúrense a terminar”- enunció Yunho, cortésmente. Junsu se amargó por un instante, y para consolarse, siguió atragantándose con todo lo que fuera comestible.
Después de desayunar, tomamos nuestras cosas, subimos al Rolls Royce y nos fuimos al estudio.
Ésta vez éramos dieciséis. Para mi alivio, Changmin, Junsu y Yunho también fueron designados. Heechul fue eliminado con los otros doce, que serían destinados a proyectos futuros. Los restantes nos sentamos en sillas acomodadas frente al pequeño escenario donde había audicionado la primera vez. Uno de los jurados se subió e hizo un anuncio importante.
-“En primer lugar, felicitaciones a todos los que han quedado”. Aplaudimos contentos. “En segundo lugar- continuó- quiero decirles que un nuevo miembro se va a unir al casting con ustedes. Les presento a… ¿Cómo dijiste que te llamabas?”- le preguntó el jurado.
El chico subió al escenario con naturalidad.
-“Yoochun, Park Yoochun”-respondió con un acento extraño.
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